La LEB Oro está completamente loca y le volvió a brindar al Longevida San Pablo una oportunidad de meterse de nuevo en la lucha por el liderato tras las derrotas del Leyma Coruña y el Movistar Estudiantes. Esta vez no la desaprovechó y arrolló al Melilla Ciudad del Deporte en un partido que tuvo siempre bajo control (99-72). Fue un triunfo coral en el que hasta siete jugadores acabaron en dobles dígitos de valoración.
La derrota del San Pablo en Lérida parecía condenarle de forma irremediable al play off, pero la LEB Oro no da tregua a nadie y cada jornada deja alguna sorpresa. Ni siquiera los equipos más punteros de la categoría son capaces de mantener la regularidad en el momento más caliente de la temporada.
El Coruña se ha visto tan arriba en las últimas jornadas que le ha entrado el vértigo y está empezando a caer. Ayer tropezó contra todo pronóstico en Fuenlabrada y cada vez tiene más cerca el aliento de sus rivales. Tampoco fue capaz de ganar el Estudiantes en Alicante, así que el San Pablo le empata a 18 victorias y se queda a solo una de los gallegos, que conservan la primera plaza pese a su segundo tropiezo consecutivo. La zona alta se vuelve a apretar y todavía queda saber qué hará hoy el Tizona en Castellón y el Lleida en San Sebastián.
El San Pablo regresó al Coliseum sin tiempo para lamerse las heridas del tropiezo en Lérida. La tarde comenzó con la buena noticia de la presencia de Miha Lapornik en el quinteto inicial una vez recuperado de su lesión. El esloveno jugó 24 minutos y se fue hasta los 15 puntos. Gonzalo Corbalán, sin embargo, estuvo en la convocatoria, pero no saltó a la pista porque todavía sentía molestias en el tobillo.
La victoria azulona se cimentó en un juego coral con buenas sensaciones de casi todos los que saltaron a la pista. Solo Millán Jiménez se quedó sin anotar y es que al riojano, que no escatima en esfuerzo, le está costando encontrar el 'feeling' de cara al aro. Todo lo contrario que a Jonathan Kasibabu, que parece haber recuperado la confianza y estuvo realmente acertado desde todas las distancias. También tuvieron puntería Siim-Sander Vene y Alex Barrera, mientras que Edin Atic ya es uno más de la rotación y está aportando cada vez más al equipo.
No obstante, si hubiera que destacar a un jugador por encima del resto ese es Luke Fischer. El pívot americano volvió a ser fundamental con 15 puntos, 8 rebotes y 23 de valoración. Su actuación, sobre todo en el tercer cuarto, resultó decisiva para romper el choque. Esa producción por dentro se combinó a la perfección con un acierto exterior de casi el 41% (11 de 27). Es más, el San Pablo tiró más de tres que de dos (13 de 20) en el día de ayer.
[La crónica completa en la edición impresa de Diario de Burgos]