Coto a los descuideros de las áreas de servicio

I.E. / Burgos
-

Las mafias que se dedican a desvalijar coches que quedan abiertos en gasolineras han reducido su actividad en Burgos, pero la Guardia Civil sigue controlando su presencia

La Guardia Civil da consejos a un conductor en el área de servicio de Quintanapalla. - Foto: Patricia

Las mafias especializadas en desvalijar coches de turistas en áreas de servicio y de descanso siguen operando en la provincia, pero desde hace un lustro la actividad delictiva de estos grupos ha descendido exponencialmente. Las operaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil han debilitado a muchas de estas bandas organizadas y los viajeros cada vez tienen más cuidado cuando hacen una parada en el camino para descansar, repostar o tomar un refrigerio. No obstante, estos delincuentes itinerantes siguen haciendo de las suyas. Hace no muchos días, en Ameyugo, una familia holandesa fue víctima de estos ladrones. Lo más grave de sufrir un robo en carretera no tiene que ver tanto con el valor de los efectos sustraídos como con las molestias que causan a quienes los sufren. Sí, porque en muchas ocasiones los delincuentes roban la documentación, lo que provoca un auténtico quebradero de cabeza a esos turistas extranjeros que necesitan de su pasaporte para moverse por España o de sus tarjetas de crédito. «El engorro de tener que contactar con la embajada o con el consulado trastoca sus planes de viaje y en muchas ocasiones ni denuncian», confiesa el capitán Ángel, de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Burgos y Alfoz. 

Este periódico ha pasado una mañana con varios efectivos de la Benemérita que en estas semanas de agosto organizan dispositivos de control en áreas de descanso de la provincia. En esta jornada despliegan tres dotaciones en la gasolinera de Quintanapalla, en sentido Madrid. Están atentos a si llega algún coche que les resulte sospechoso, pero sobre todo se dedican a dar consejos a quienes se detienen para hacer un descanso. En muchas ocasiones -como paran poco tiempo- los viajeros «dejan las puertas del automóvil o el maletero abierto mientras entran a los baños o a comprar algo». Ese es el momento que aprovechan los descuideros para «llevarse bolsos, teléfonos móviles e incluso maletas enteras». «Entonces nosotros les comentamos que, aunque sea para poco tiempo, hay que cerrar el coche; a veces, si van cinco personas, unos por otros creen que alguien ha cerrado, pero hay que asegurarse», explica el capitán Ángel.

Solemos pararnos con los turistas y les aconsejamos que se aseguren de que las puertas del coche quedan bien cerradas cuando se bajan, porque es el momento que aprovechan los ladrones para actuar"
Capitán Ángel, seguridad ciudadana de la Guardia Civil

Los grupos organizados saben lo que se hacen. Casi siempre ponen el punto de mira en vehículos con matrícula extranjera, a sabiendas de que «si se trata de turistas de fuera va a ser más fácil que ni siquiera presenten denuncia», por el engorro que supone desviarse de la ruta para ir al cuartel de la Guardia Civil, etc., etc. y por si luego tienen que estar localizables para declarar en un futuro juicio. Sin embargo, el Instituto Armado funciona ya con un modelo de expediente de denuncia que «no hace necesario» el desplazamiento hasta el puesto de la Benemérita y, además, «está explicado en varios idiomas». «De manera que facilitamos mucho las cosas a quienes sufren un robo», indica este mando del Cuerpo, quien agrega que «es la mejor manera de que estos delincuentes no se vayan de rositas».

Los ladrones se aprovechan de los descuidos de quienes se bajan del coche.Los ladrones se aprovechan de los descuidos de quienes se bajan del coche. - Foto: Patricia

Estos grupos delincuenciales no están asentados en Burgos, «normalmente tienen sus lugares de residencia en Madrid o el País Vasco -Bilbao, en especial- y desde allí se desplazan a las distintas vías de alta capacidad» para dar sus palos. En Burgos operan sobre todo en la AP-1, la A-1 y la A-62, que durante el verano se llenan de coches que viajan hacia Algeciras, para cruzar el estrecho; hacia el sur para pasar vacaciones, y a Portugal. Estas bandas están compuestas, en su mayoría, por hombres de origen extranjero, del Magreb o de Rumanía. 

Su modus operandi es el siguiente. Suelen llegar tres en un coche y cada uno de ellos tiene muy claro el papel que debe desempeñar. Uno de ellos se queda en el automóvil y es el que se encarga también de controlar si llega la Guardia Civil. Otro de ellos es el que trata de distraer a las víctimas, preguntándoles por algún destino o si hablan su idioma. Mientras, el tercero en discordia es el que se encarga de cometer los robos propiamente dichos. Cuando ya han sustraído el botín que consideran suficiente se montan de nuevo en el coche y se dirigen a otra área de servicio. 

Estas bandas organizadas no están asentadas en Burgos; residen en Madrid o el País Vasco y se mueven por las vías de alta capacidad de toda España en busca de víctimas; en esta provincia usan la AP-1, la A-1 y la A-62"
Capitán Ángel, seguridad ciudadana de la Guardia Civil

En este sentido, resulta «muy importante que los encargados y trabajadores de las gasolineras y áreas de servicio den el aviso cuando observen la presencia de algún sospechoso». «Porque nosotros movilizamos rápidamente varias patrullas y nos presentamos en poco tiempo en el lugar donde se demande nuestra presencia; la colaboración ciudadana en este aspecto es esencial», afirma el capitán Ángel.

Hace una década «había muchos más grupos» que se dedicaban al hurto al descuido en gasolineras. Pero su actividad «ha decaído» en los últimos años, en buena medida debido a que la Guardia Civil tiene muy controlados sus movimientos. «Es verdad también que la gente es cada vez más cuidadosa y sabe que con apretar el mando a distancia es la manera más segura de no sufrir ningún disgusto», agrega.

En esta jornada en Quintanapalla los agentes han parado a varios vehículos, pero ninguno de sus ocupantes ha resultado sospechoso. Se han entrevistado con varios turistas y les han dado recomendaciones útiles para completar el viaje de manera segura. «Si aquí no había ningún delincuente es posible que en el siguiente sitio donde paren sí lo haya; de manera que sabrán qué hacer para que nadie les robe sus pertenencias», afirma el capitán, quien explica que «lo que no se suelen dar son robos con fuerza».