Más de 500 personas al año en Burgos logran la nacionalidad

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Desde Accem reconocen un «aumento exponencial» de solicitudes vinculado a proyectos migratorios largos y sólidos y al objetivo de tener los derechos a los que da lugar este vínculo

Abraham, con su familia, enseña el DNI. Desde el año pasado está nacionalizado español, igual que su bebé. Su esposa y el niño mayor están en el proceso. - Foto: Patricia

«Me siento muy orgullosa de ser española ya y estoy profundamente agradecida a este país. Creo que ha valido la pena todo el esfuerzo que he dejado atrás. El día que juramenté la nacionalidad en el Registro Civil de Aranda sentí como si me hubiera tocado la lotería porque para llegar aquí se sufre mucho». Así explica Victoria Roque, pedagoga que decidió un día salir de su Honduras natal con su familia para buscar un futuro mejor, las emociones que experimentó tras jurar fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y las leyes. Ella lo hizo hace apenas quince días pero en la última década en la provincia de Burgos una media de 500 personas al año procedentes de diferentes países han pasado a ser españoles tras un proceso que no es corto. En 2023 fueron, en concreto, 1.028, entre las que se encontraban Abraham Moya, venezolano de 39 años, y su bebé, de nombre Arte, que aunque nació en Burgos hace casi dos años, no la adquirió automáticamente. Abraham, que tiene un singular idilio con Burgos, dice que respiró muy aliviado en el momento en el que se convirtió oficialmente en español. 

En estos dos casos, al proceder de un país de América Latina, el proceso es más corto porque se exige a sus naturales llevar al menos dos años residiendo aquí de forma legal y continuada (lo mismo ocurre con originarios de Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o personas de origen sefardí) pero, para el resto de oriundos de otros países ese periodo se extiende hasta los diez años salvo en el caso de que hayan obtenido la condición de refugiado, a quienes se exige la mitad, 5 años de residencia legal.

Desde la entidad Accem, especializada en la atención a personas migrantes, se destaca que el número de peticiones de nacionalidad está experimentando en Burgos un «crecimiento exponencial» a pesar de que los trámites son largos, y esto se debe a que los procesos migratorios de las personas que viven en la provincia son cada vez más largos -la llegada de las primeras se sitúa a mediados de la década de los 90 del pasado siglo- y, por tanto, «estables y sólidos», y a que quienes viven aquí pretenden tener idénticos derechos que los naturales aunque, como se sabe, el vínculo jurídico que supone la nacionalidad conlleva también deberes.

Como se ha dicho, la media de la última década es de unas 500 personas pero, en el año 23, por ejemplo, se nacionalizaron 1.028, más del doble que en 2022 (491), según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La cifra suele variar porque está sometida a distintas variables como la demanda y la mayor o menor rapidez de la gestión burocrática: Así, en 2021 fueron 897 los nuevos españoles que juraron en Burgos la Constitución; en 2016, 711 y en 2013, 1.640.

Vine a buscar una vida mejor y agradezco mucho  a quienes me han dado una oportunidad de trabajar»
Victoria Roque, natural de Honduras

Hablamos en todo momento de la adquisición de nacionalidad por residencia, una de las modalidades existentes para convertirse en español. Las otras son por opción, para quienes son hijos de españoles; por carta de naturaleza, que la otorga discrecionalmente el Gobierno mediante Real Decreto como ocurrió con el pianista y activista contra el maltrato infantil James Rhodes, de origen británico, a quien se le concedió en diciembre de 2020, y 'por posesión de estado', que es muy infrecuente y tiene que ver con quienes hayan poseído y utilizado esta nacionalidad durante diez años de forma continuada y «de buena fe», es decir, sin tener conocimiento de la situación real, es decir, de que no era español en realidad.

Accem, que acompaña en todo el proceso a los residentes extranjeros que quieren ser españoles, reconoce que es largo y lleno de burocracia. La documentación que se tiene que presentar incluye el modelo de solicitud, la tarjeta de identidad de extranjero (NIE), pasaporte completo y en vigor, certificado de nacimiento traducido y legalizado; si la persona está casada, también deberá incluir el certificado de matrimonio, además del justificante del pago de la tasa, que está establecida en 104,5 euros, los certificados de penales tanto en el país de origen como en el Registro Central de penados, el certificado de empadronamiento y el justificante de que se ha superado el examen de conocimientos constitucionales y socioculturales (CCSE) y el de conocimiento del idioma español (DELE), pruebas ambas que se desarrollan en aulas de la Universidad de Burgos, la primera cuesta 85 euros y la segunda, 134.

Todo este recorrido -tras el cual hay que llevar a cabo el cambio del NIE por el DNI en diferentes organismos como Hacienda, Seguridad Social, bancos, etc.- que realizaron Victoria Roque y Abraham Moya, dos recientes españoles que tienen detrás una historia de migración nada sencilla, como suele ser habitual. En el primer caso, esta licenciada en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y máster en investigación educativa por la Universidad Pedagógica Nacional, decidió marcharse de su país para mejorar su calidad de vida y la de su familia y «abrir nuevos caminos» en España, primero en Barcelona y enseguida en la provincia de Burgos. Para ello ha trabajado -aún lo hace- al cuidado de personas mayores y como auxiliar de ayuda a domicilio, «lo que hago muy orgullosa y agradecida a quienes me han dado la oportunidad» aunque asegura que le encantaría dedicarse a la educación -lo que hizo en Honduras durante más de una década- para lo que ha iniciado ya el proceso de convalidación de sus titulaciones.

Un día, durante la pandemia, vi unas imágenes de Burgos por la tele y me dije: yo quiero vivir ahí»
Abraham Moya, natural de Venezuela

En el caso de Abraham también hubo una llegada en modo turista, varios años en la irregularidad de carecer la documentación necesaria para vivir y trabajar en España, la consecución del ansiado primer permiso de trabajo y residencia, su renovación y sus papeles en regla por dos años. Mucho antes, en su Caracas natal se había planteado que tenía que marcharse de allí dada la situación de precariedad económica, de abastecimiento de alimentos y suministros y de violencia con la que se tenía que enfrentar a diario, según cuenta en la sede de Accem, entidad a la que, dice, está «profundamente agradecido por su apoyo en todo momento». 

La primera opción fue pensar en emigrar a Hungría dado que parte de sus orígenes provienen de allí, de un bisabuelo que se marchó de Europa en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, pero la cosa no resultó nada sencilla. La segunda, España. Y a Madrid llegó para luego pasar por Toledo y Canarias donde solicitó el estatus de refugiado y desde donde llegó a Burgos, donde sigue «y donde me voy a quedar para siempre».

«Estando en plena pandemia, no recuerdo muy bien por qué ni en qué contexto, vi un reportaje en la televisión en el que aparecieron imágenes de Burgos y dije 'yo quiero vivir allí', así que imagínate cuando desde CEAR (Comisión de Ayuda al Refugiado) me dijeron que si me interesaba una plaza aquí, contesté que por supuesto y cuando llegué experimenté una paz que no había sentido en mucho tiempo».

Aquí ha hecho multitud de cursos y ha trabajado de todo -«tengo más profesiones que una Barbie», afirma entre risas-, ha conocido a su mujer, también venezolana, Kailys Alejandra, y ha tenido un niño con ella, el pequeño Arte (nombre que viene de la pasión que su padre siente por la pintura), que nació en el HUBU y ya va a la guardería, y quien no tuvo automáticamente la nacionalidad por nacer aquí sino que hubo que gestionarla por ser hijo de extranjeros. El pequeño ya tiene su DNI también y Abraham por fin vive tranquilo y ya no se sobresalta cuando alguien pasa a su lado haciendo running como le ocurría nada más llegar: «En mi país, si oyes que alguien corre detrás de ti es que vas a tener un problema». 

Algunas cuestiones que se deben conocer para «ser español»

La gestión de la sanidad es competencia de…

a) el Estado. 

b) las comunidades autónomas. 

Victoria posa junto a la bandera tras jurar la Constitución hace quince días. Victoria posa junto a la bandera tras jurar la Constitución hace quince días. - Foto: Roger Roquec) los ayuntamientos.

 ¿Quién fue el primer presidente del Gobierno de España en democracia?

a) Mariano Rajoy. 

b) Adolfo Suárez. 

c) José Luis Rodríguez Zapatero.

¿Cuántas ciudades autónomas hay en España?

a) 17 

b) 2

c) 50. 

Las instalaciones culturales y deportivas públicas son competencia del…

a) Ayuntamiento. 

b) Ministerio de Educación. 

c) Gobierno federal. 

Las instituciones de una comunidad autónoma son: la asamblea legislativa, el consejo de gobierno y…

a) La Diputación. 

b) El presidente. 

c) El delegado de gobierno.

 ¿Cuál de estas opciones es una lengua cooficial en alguna comunidad autónoma?

a) El gallego. 

b) El aragonés. 

c) El murciano. 

 ¿Cuál de estas manifestaciones folclóricas es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad?

a) El flamenco. 

b) La jota. 

c) La sardana.

¿Cuál es la moneda común en muchos países de la Unión Europea?

a) El dólar. 

b) El peso. 

c) El euro.

La fiesta de la Tomatina se celebra en…

a) Mérida. 

b) Buñol. 

c) Santiago de Compostela.

La Feria del Libro se celebra en toda España, normalmente, en…

a) Invierno. 

b) Primavera. 

c) Verano. 

Para sacar el carné de conducir hay que aprobar…

a) Un examen teórico. 

b)Un examen práctico. 

c)Un examen teórico y otro práctico.

¿Dónde se tramita el libro de familia?

a) En el Registro Civil. 

b) En la Seguridad Social. 

c) En las comisarías de policía.

 ¿Cuál de estos canales de televisión es autonómico?

a) Telecinco. 

b) Nova. 

c) Canal Sur. 

 ¿Cómo se llama la revisión que deben pasar obligatoriamente los coches?

a) IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles).

b) ITV (Inspección Técnica de Vehículos).

c) ITE (Inspección Técnica de Edificios).