El Informe de Gestión Económica de Aguas de Burgos al término del primer semestre vuelve a mostrar que la situación de la empresa municipal no es tan dramática como la que se vendió para justificar una subida de la tasa que en un principio se intentó por los servicios técnicos que fuera del 18% y que finalmente se quedó en un porcentaje también significativo, aunque no tan elevado, del 9,5%. La foto fija enseña que la Sociedad tiene en caja, en su tesorería, 23 millones de euros, que solo esos ahorros le han generado entre enero y junio casi 230.000 euros en intereses y muestra un aparente balance negativo en los resultados de -1,8 millones de euros que se explican por anormales aprovisionamientos (en la casa dicen que «coyunturales») de más de 3 millones que ocultan una realidad bastante más placentera.

Ya el año pasado, por estas mismas fechas y cuando se estaba trabajando el discurso de que era necesario aplicar el 'tasazo', la Sociedad hablaba de unas «pérdidas» (ese fue el término que se utilizó) de 4,3 millones de euros. La realidad es que la empresa municipal cerró el ejercicio con un balance positivo de 2,3 millones. Dos realidades, también entonces, muy diferentes.

Lo que sí es cierto, y no es algo nuevo, es que el gasto de personal en Aguas se ha disparado en los últimos tiempos y lo va a volver a hacer este año. Solo en seis meses ha crecido en un 25% y ha elevado en casi medio millón de euros esta factura. Para ser exactos, de 1,84 a 2,31 millones de euros.

En el último consejo de administración de Aguas se explicó que este incremento obedece al incremento de la plantilla, que ha pasado de 82 a 91 trabajadores. Eso es solo una parte de la realidad ya que la otra, la que nunca se menciona en estas reuniones, es que el último convenio, firmado a finales del pasado mandato, se tradujo en un cambio de categorías que se tradujo en mejoras salariales para la práctica totalidad de la plantilla. Más generosas, en términos absolutos, para la cúpula técnica que para los peones.

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