El barrio de El Pilar espera la construcción del nuevo vial del bulevar con los brazos abiertos. El plan previsto no es el soñado por los vecinos, aunque la continuidad del trazado hasta el cruce con la N-120 mejorará las comunicaciones de este sector de la ciudad y descongestionará el tráfico.
«Es un vial fundamental, pero lo que pretendíamos es que todo el bulevar tuviera cuatro carriles», resume Gustavo de Miguel. El representante de la asociación de vecinos de El Pilar matiza que desde el barrio se pidió el desdoblamiento del vial «hasta el final» para que se quitara el carácter provisional arrastrado desde la construcción del segmento entre la Cellophane y Parralillos.
«Al final se convertirá algo duradero en el tiempo», avanza De Miguel, consciente de que resulta inviable seguir el plan original. «Supondría una millonada y el Ayuntamiento no tiene ni el dinero ni las ganas de invertir tanto en una zona que ni siquiera está urbanizada», zanja.
En este momento, la recta del bulevar finaliza de forma abrupta con el giro que conecta con la avenida de la Universidad en la rotonda situada a la altura de la facultad de Humanidades. La única forma de 'saltar' hoy este ramal es atravesar la calle Arlés, una vía marcada con una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora que apenas se respeta y con un volumen diario de vehículos mayor del deseado. «El vial vendrá bien», destaca.
Por este motivo, el área de Urbanismo busca con la maniobra planteada «un alivio del tráfico en el entorno» y mejorar así las conexiones del bulevar. Y es que cabe destacar que la calle Villadiego se ha convertido en una entrada a la ciudad de referencia, una alternativa que no tiene la capacidad de absorción de otras vías. No en vano, en los últimos años este vial presenta un incremento del tráfico de un 7% para dar cobertura a una intensidad media diaria de 3.335 automóviles según los datos del área de Tráfico del Ayuntamiento de Burgos al cierre de 2022.
La construcción de un nuevo ramal de bajo coste pretende pacificar el tráfico en la zona oeste de la ciudad, además de sacar el máximo provecho al bulevar. Las cifras muestran la estabilidad de una conexión que roza los 5.000 usuarios diarios de media tras crecer un 20% el volumen en la última década. «La parte con un solo carril tiene mucho tráfico, con una acera estrechísima y sin espacio para las bicis», lamenta un Gustavo de Miguel que pide «alguna actuación» para mejorar un tramo «que cumple su función, aunque al ser provisional tiene muchas deficiencias».
«Habría que invertir un pastón por cada 100 metros y entiendo que al Ayuntamiento le cueste meter tanto dinero, pero pueden plantearse otras opciones para hacerlo viable. Está claro que al precio de los tramos anteriores es una barbaridad y ya se tiró dinero de mala manera», explica De Miguel. Por eso, desde el Pilar piden que «se trabaje en hacer los cuatro carriles, con sus aceras, de una manera más económica».