Ya sea por las actividades culturales o por las deportivas, lo cierto es que la hostelería de la capital ha vivido uno de los fines de semana más fuertes del año. En el caso de los bares y la restauración, el mayor impacto vino con la Noche Blanca, que congregó a miles de burgaleses, incrementándose la facturación de este sector en un 35% en comparación con cualquier otro sábado del mes de mayo. Por su parte, los hoteles han registrado un nuevo lleno, motivado en esta ocasión por la Vuelta a Burgos Femenina y las dos jornadas que concentraron las comuniones.

El presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes, Enrique Seco, valora de forma muy positiva la celebración de La Noche Blanca a pesar de que no acompañara la meteorología. «Este tipo de eventos funcionan porque sacan a la gente a la calle», subraya, situando esta cita por encima de la repercusión que tuvo la Fiesta de las Flores el fin de semana anterior. No obstante, considera un «acierto» el cambio de ubicación de esta última, de la plaza Huerto del Rey al paseo del Espolón, que también se notó en las cajas de los establecimientos después de un arranque de mes más flojo de lo esperado. «Nos están salvando los fines de semana», sostiene el empresario, destacando en este punto que abril, que coincidió con la Semana Santa, resultó «muy bueno» e, incluso, superó los resultados de este periodo previos a la pandemia.

El también vicepresidente de la Federación de Hostelería aplaude tanto la actividad comercial como la cultural y ofrece al Ayuntamiento la colaboración de la patronal para próximas ediciones. En este punto, destaca la predisposición del sector a implicarse en la Fiesta de las Flores, que organiza la Asociación de Floristas y Jardineros de Burgos (Flojabur), ornamentando sus locales para que «el colorido se extienda por toda la ciudad».

Los establecimientos de hostelería del centro notaron de igual forma el paso de turistas el pasado fin de semana (...).

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