En agosto de 2015 la vida de Igor Cano dio un giro inesperado. Los extraños síntomas que poco a poco brotaron tenían un significado: neuroma del acústico, un tumor benigno que se desarrolla en el nervio que conecta el oído con el cerebro. El del bilbaíno tenía un tamaño considerable por lo que hubo que extirparlo de urgencia. Hasta entonces, apenas había pisado el hospital, pero a partir de ese momento las visitas se convirtieron en rutina. El día de la operación entró normal, andando, y nervioso. El que cogió el alta salió en silla de ruedas y «bastante perjudicado», rememora.
A partir de ahí, quedaba por recorrer un duro y largo camino que sin la literatura y la escritura no hubiera tenido el mismo sentido. De la noche a la mañana se vio en sesiones de rehabilitación para aprender a andar, a subir y bajar bordillos, entre otros hábitos. Cada mañana durante seis meses acudía también a la playa, pero comprendió que necesitaba algo más, un estímulo mayor. Y lo encontró en algo que siempre le habían acompañado, desde su etapa en la universidad. Las letras. Sus más fieles compañeras que en los momentos más complicados se transformaron en la terapia que necesitaba. Entonces nació La Cachumena, su primera novela.
Apenas había estado en un hospital y cuando me detectaron el tumor entré normal y salí sin poder andar"
Las idas y venidas provocaron que la escritura se alargara más de lo esperado y la recuperación invitó a abandonar durante un tiempo su trabajo para disfrutar de otras cosas. Llegó la pandemia y con ella el final natural de la historia, con la que antes de su publicación ha participado en algunos concursos de novela histórica, como en el de Úbeda.
Si uno procede de Oña o conoce gente de allí el nombre del título del libro le resultará familiar. «En efecto, soy consciente de que así llaman a una familia. Desde que conocí a María, mi mujer, empezamos a venir mucho al pueblo porque sus raíces son de aquí. En 2017 nos compramos una casa y todavía pasamos más ratos. Por entonces ya hablaba con más gente y escuché el apodo. Me pareció tan sonoro y que derrochaba tanto carácter que así quise llamar a la protagonista de la novela», explica el autor. Mote oniense e historia ambientada en la localidad. ¿Los motivos? «Tenía claro que quería desarrollar la trama en un entorno rural. Me he empapado bien sobre la historia de la villa para situar a los personajes y todo lo que rodea a este pueblo me apasiona», añade.
Entre sus páginas los lectores descubrirán los secretos que esconden tres personajes con un pasado en común, que entrelazan sus vidas en medio de dos conflictos bélicos en los que participan e influyen, pasando a la historia del siglo XX. «Un hombre desencadena la Guerra Civil Española y una mujer contribuye a ganar la II Guerra Mundial. Se trata de un relato desgarrador sobre el sacrificio y la dignidad del ser humano en los momentos más sombríos», expone.
Me he empapado bien sobre la historia de la villa para situar a los personajes"
El proyecto salió del horno el pasado 20 de noviembre y las ventas van «mucho mejor de lo esperado, incluso en algunos puntos de venta la novela se ha agotado en pocos días», comenta ilusionado. El libro está disponible en el estanco de Oña y las librerías Deusto y Lorea de Bilbao y San Sebastián, además de en internet. Sobre la presentación de su trabajo, Cano ha apalabrado un evento en su ciudad y todavía medita si organizar otro en la villa condal. Actualmente se encuentra inmerso en la redacción de otra historia fascinante.