Aranda extrema el control de las obras en locales protegidos

I.M.L. / Aranda
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La alarma saltó con la pérdida de la caligrafía de los rótulos de un escaparate en la Plaza Mayor tras su arreglo para un nuevo establecimiento sin ajustarse a los criterios establecidos

Antes y después. La Joyería Holgueras ahora es una tienda de ropa de niños.

La estética es importante para conservar la propia personalidad. Y eso vale para las personas y para las ciudades, porque si se pierden los elementos característicos de las calles y edificios, todas las urbes estarían cortadas por el mismo patrón. Para ello, las normas urbanísticas y el control de las obras que se realizan son claves para conservar los elementos peculiares de cada entorno. 

El último 'atentado' contra esos edificios tradicionales en la capital ribereña se ha producido en plena Plaza Mayor. La reforma del local que, durante décadas, acogió la Joyería Holgueras le ha privado de los elementos característicos que están protegidos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En esta normativa urbanística queda bien claro que este local tiene protección como establecimiento tradicional y marca unos claros criterios de intervención, poniendo el acento en la conservación «en especial de las carpinterías, escaparates y caligrafía de los letreros, así como los elementos singulares de su interior (mobiliario, lámparas, carpinterías, etc.)», porque la planificación urbanística arandina también tiene en cuenta los interiores dignos de conservar.

En la Oficina de Obras están al tanto de este cambio sustancial en la estética del establecimiento del número 9 de la céntrica plaza arandina y ya han comenzado los trámites para tomar las medidas que procedan para que vuelva a lucir como desde hace años. La edil de Obras y Urbanismo, Ana María Hervás, explica que la reforma, al ser una obra menor, no precisaba de un proyecto complejo. «El promotor presentó una declaración responsable, lo que no quita para que tenga que ajustarse a las limitaciones que marca el PGOU», insiste Hervás, cuyo departamento municipal ya ha comenzado los trámites administrativos para solventarlo. «Se va a requerir al propietario para que comparezca para acreditar la obra realizada y se hará una inspección también al interior del local para comprobar lo que ha hecho y si se ha ajustado a la normativa», apunta la concejala, aunque lo que ya está claro es que «no mantiene la grafía exterior», como salta a la vista.

No hace falta ser un experto para apreciar a simple vista que la imagen de este comercio tradicional ha sufrido una modificación sustancial. / fotos: Luis López Araico / antonio miguel niñoNo hace falta ser un experto para apreciar a simple vista que la imagen de este comercio tradicional ha sufrido una modificación sustancial. / fotos: Luis López Araico / antonio miguel niño - Foto: Antonio Miguel Niño

Una vez que cualquier negocio presenta la declaración de actividad, después de realizar unas obras, es cuando empieza a correr el plazo para llevar a cabo la correspondiente inspección al local para comprobar que todo está conforme a la normativa urbanística vigente. Eso es lo que se va a realizar en breves fechas y, si se constata alguna irregularidad más, «se tomarán las medidas que encajen» según esas normas, insiste Hervás.

Tiendas con solera. Según el catálogo de elementos protegidos que forma parte del PGOU, hay once establecimientos calificados como tradicionales en cuyas fichas se especifican los criterios de intervención a la hora de realizar obras de reforma, fijando qué elementos se tienen que conservar.

Imagen de lo que fue la Joyería Holgueras.
Imagen de lo que fue la Joyería Holgueras. - Foto: Luis López Araico

Todos estos establecimientos tradicionales protegidos están ubicados en la Plaza Mayor y las calles La Sal, Béjar, Santa Lucía y plaza del Trigo, aunque cuatro están cerrados. No todas las reformas atentan contra la protección de los locales. Es el caso de las mejoras que se realizaron en la farmacia de la Plaza Mayor número 10, en la que se conservaron la carpintería de madera y los elementos singulares del interior, como la decoración del techo, con pinturas y molduras, además de las hornacinas.