La Petra tiene goteras

I.M.L./ Gumiel de Izán
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Más allá de la imponente fachada de la iglesia de Gumiel de Izán, el templo sufre la falta de mantenimiento. Los visitantes se sorprenden al ver manchas de humedad y cómo crecen hierbas entre las piedras

La Petra tiene goteras

Hace un año que los focos mediáticos se volvieron hacia la iglesia parroquial de Gumiel de Izán, al hacerse viral una publicación en la que se la comparaba con Petra por su geometría pétrea. En todo este tiempo, el número de visitantes se ha multiplicado de forma exponencial, dejando también efectos positivos en los negocios gomellanos. Pero esa mayor visibilidad también ha sacado a relucir las necesidades de arreglos y conservación de este impresionante templo, en el que confluyen todas las calles de esta villa, que conserva como pocas su estética tradicional.  

«Es una pena, viene mucha gente a visitarla y se llevan esta mala imagen, porque no sólo se quedan a ver la fachada, también dan una vuelta alrededor y se ven todas las carencias», lamenta el alcalde de Gumiel de Izán, Jesús Briones, que ya se ha puesto manos a la obra junto con el Arzobispado de Burgos para buscar soluciones rápidas y efectivas. El propio delegado de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, reconoce que la iglesia sufre los males propios de la falta de mantenimiento. «Lo más inmediato son las goteras que hay en el interior, pero también hay que limpiar el patio del antiguo cementerio, porque la vegetación provoca humedades», apunta Álvarez Quevedo lo más urgente.

Un diagnóstico en el que coincide Briones, que pone el acento en «tres goteras importantes» que se ven en las naves laterales de la iglesia. «Cuando vino el delegado de Patrimonio, subimos hasta arriba para localizarlas bien y conocer el estado real de la cubierta», apunta el alcalde gomellano, reconociendo que desde dentro de la iglesia se aprecian muy bien las humedades en varios puntos. «Es que se acumula la suciedad en las gárgolas y, como no se quite de manera recurrente, el agua termina buscando por dónde salir», explica Briones el motivo de estas filtraciones que están empezando a afectar de manera significativa a la iglesia.

A todo eso se suma la presencia de mucha vegetación entre las piedras de sillería, tanto del templo como del entorno que, además de afear el monumento, aceleran el deterioro normal de los sillares. «Es cierto que tiene mucha vegetación, pero cuesta mucho quitarla porque es una iglesia muy alta», reconoce Álvarez Quevedo. Tanto que la última intervención que se hizo en noviembre de 2023 la realizaron los bomberos de Aranda con el camión escala. «Quitaron muchas hierbas, pero algunas han empezado a salir otra vez», reconoce Briones, que a la lista de mejoras necesarias añade una actualización de la instalación eléctrica del templo.

Ambas instituciones, Arzobispado y Ayuntamiento, son conscientes de la necesidad de actuar para mejorar la estética de esta imponente iglesia y están en contacto para dar los pasos necesarios. «Como en un bien patrimonial protegido, intentaremos recabar la ayuda de la Junta porque se necesita la autorización de Patrimonio», recuerda Álvarez Quevedo, que apunta a que están «a la espera de que nos pasen una propuesta de actuación» para empezar a realizar los trámites administrativos. Una propuesta, o proyecto incluyendo el coste del mismo, que se está demorando a raíz del cambio de párroco, pero que el alcalde asegura están muy pendiente de su elaboración. «No vamos a dejar pasar la oportunidad de mejorar esta joya que tenemos», insiste Briones.