En noviembre de 2022, Compromís reclamó al gobierno el derribo de la Pirámide de los Italianos por supuestamente atentar contra la Ley de Memoria Democrática. Dieciséis meses después, el que fuera un santuario funerario de los restos de los soldados de Mussolini fallecidos en la Batalla del Escudo, se ha convertido en Bien de Interés Cultural (BIC) para ser protegido de aquella petición. Pero el vandalismo, que durante décadas ha asolado el monumento, no cesa. Por ello, Juan Carlos Gutiérrez, presidente de la Hermandad de la Rivera, que ostenta la propiedad del monumento, quiere tomar medidas que frenen el expolio cuanto antes.

Gutiérrez Gómez advierte que la Hermandad, compuesta por nueve pedanías del Valle de Valdebezana y Arija, obtiene como únicos ingresos el alquiler de los pastos que alimentan a unas 400 cabezas de ganado y la venta de arena. Por ello, para cualquier actuación de relevancia espera contar con ayudas de la Junta de Castilla y León. Pero con fondos propios y «en breve» la Hermandad prevé realizar un cierre perimetral que impida a los vehículos acercarse a la pirámide y llevarse con facilidad lo poco que queda. Poner una verja en la puerta de entrada al antiguo mausoleo es otra de las ideas que se materializarán cuanto antes, siempre pensando en «evitar el pillaje». Con la misma finalidad, el presidente de la Hermandad también valora instalar cámaras de videovigilancia.

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