Apenas quedaban veinte minutos para el toque de queda cuando decenas de radicales pertenecientes a grupos de extrema izquierda se integraron en una manifestación no autorizada contra las restricciones de la covid-19 y convirtieron parte de la calle Vitoria en un polvorín. Los exaltados volcaron contenedores a la altura de la Real y Antigua y conformaron barricadas desde las que lanzaron piedras y botellas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La principal arteria de Gamonal viajó al pasado y por momentos mostró una imagen similar a la de enero de 2014, cuando las protestas por el Bulevar dieron la vuelta al mundo. Los desórdenes terminaron con dos detenidos y un agente herido.
Todo comenzó, aparentemente, de una manera pacífica. Más de un centenar de personas se concentró frente al pueblo antiguo para mostrar su enfado por las medidas que se están tomando desde los gobiernos nacional y regional ante el avance de la pandemia.
La convocatoria se originó en las redes sociales, herramienta que también utilizaron los propios radicales para llamar a los disturbios. Después, se integraron en la protesta y trataron de avanzar para llegar hacia el centro de la ciudad.
Varias patrullas de la Policía Nacional y de la Local les cortaron el paso y, tras volcar y quemar unos cuantos contenedores y colocarlos a modo de trinchera en el tramo entre Derechos Humanos y Juan Ramón Jiménez, corrieron en masa contra los coches de las fuerzas de seguridad armados con piedras, botellas y todos los objetos que encontraron en su camino.
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