El cementerio más inexpugnable

A.C. / Menamayor
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El párroco ha autorizado bloquear el camposanto de Menamayor con una cisterna hasta ejecutar el acceso que dictó la Justicia en octubre

El cementerio parroquial de Menamayor está en medio de un prado de propiedad privada. - Foto: DB

Un candado y varios bloques de hormigón impiden desde hace tres años acceder al camino que, al menos desde 1879, utilizaban los vecinos de Menamayor para llegar a su cementerio sin ningún problema hasta entonces, a pesar de estar rodeado de terreno de propiedad privada. El pasado octubre, una sentencia de la Audiencia Provincial dictó que aquel camino que siempre utilizaron dejara de ser el habitual para declarar constituida «una servidumbre de paso forzosa» por otra parcela contigua. Pero el Obispado de Santander aún no ha ejecutado el nuevo acceso y, mientras tanto, la controversia aumenta, esta vez, porque desde hace unos días una cisterna de agua bloquea por completo la puerta del camposanto. El párroco del Valle de Mena, Ramón Gómez, admite que ha autorizado su colocación para evitar que las vacas se cuelen entre las sepulturas y causen daños mayores como ya ocurrió en una ocasión.

Fue la Vicaría General del Obispado de Santander la que desde casi el inicio de la controversia, en 2023, prohibió el acceso al cementerio, hasta lograr un acuerdo que nunca llegó. Solo se podía saltar la norma para celebrar enterramientos, como los dos oficiados en estos años. Pero ha habido personas que han  decidido saltarse la orden y entrar al camposanto, rompiendo su candado. Ha sucedido en tres ocasiones, una de las cuales provocó la entrada de los animales y destrozos importantes. Tras la reciente rotura del último candado se ha decidido poner ya una barrera inexpugnable, la cisterna.

Abandonados. El alcalde pedáneo de Menamayor, Miguel Ángel Tapia, considera que se ha de obedecer la orden del Obispado y lamenta la conducta de quienes se la saltan, «porque acceden al camposanto por una parcela privada sin autorización de sus propietarios». Asegura que todos los vecinos son sabedores de la orden. Pero al mismo tiempo critica que «el Obispado sigue sin hacer nada y sin buscar solución». «Estamos abandonados desde que comenzó este problema y seguimos pagando las consecuencias», lamenta Tapia. El párroco del Valle de Mena, sin embargo, confía en que el nuevo camino sea una realidad este verano. «Para junio, lo más tardar, queremos comenzar las obras», avanza. Por el contrario, Tapia vaticina que la solución «va para largo» debido a la falta de acuerdo entre los herederos de la parcela por la que los magistrados de Justicia dictaron que ha de ir el nuevo camino. 

Ramón Gómez avanza que el Obispado quiere comenzar las obras en junio


Cuando todo comenzó hace tres años, aún vivía la anterior propietaria, ahora fallecida, y el alcalde pedáneo cree que el Obispado de Santander debería de haber puesto más empeño en lograr un acuerdo con esa mujer. Desde que se dictó sentencia en octubre poco se ha avanzado. Ramón Gómez explica que la abogada del Obispado está gestionando el pago de una indemnización con el representante  legal de los dueños del terreno por el que ahora habrá de ir el acceso al cementerio. Pero pasan los meses y el acuerdo no llega, a pesar de que un informe pericial determinaba incluso la cantidad a abonar.

La institución religiosa tampoco ha solicitado todavía licencia de obra en el Ayuntamiento y el párroco explica que «un ingeniero está estudiando como diseñar el camino de 3 metros de anchura para afectar lo menos posible a la propiedad». No obstante, la pasada semana, el vicario general del Obispado de Santander, su ecónomo y el párroco se reunieron con el alcalde menés, José Ranero, para analizar juntos las posibles opciones, que pasan también por bloquear el paso al ganado que paste en el prado.  Los vecinos siguen esperando con mucha paciencia. El párroco programa celebrar una misa de difuntos en el cementerio cuando todo se resuelva.