Antaño «la gente nos conocía por los ferroviarios, por el Mirandés y por San Juan del Monte, y ahora por los cocineros», que «son los que están dando nombre a Miranda». En esos términos resumió Fernando Escobillas, el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de la ciudad del Ebro, el motivo por el que esta entidad había elegido a los galardonados del homenaje a la restauración local que tuvo lugar ayer. Entre los que subieron a la tarima para recibir este reconocimiento se encontraban los dos chefs con estrella Michelin y sol Repsol, Alberto Molinero y Alejandro Serrano, así como, dos exponentes con una trayectoria dilatadísima vinculada a este campo: Gonzalo Antón e Íñigo Ruiz.
Este último, que dirige el mítico restaurante La Vasca, destacaba antes del evento que «naturalmente, los que estábamos dentro ya sabíamos lo que hay aquí», en Miranda, «pero de cara al exterior necesitábamos ese impulso de las guías, tanto Repsol como Michelin, para poder estar ahí y que no solo se conozca a nivel local o regional, sino también a nivel internacional o nacional». Y es que, como apuntaba Antón, un empresario siempre relacionado con este sector, en materia de «restauración» esta «es una ciudad divertida y el tener dos estrellas Michelin, que en Vitoria no hay ninguna, le da un valor añadido», que se suma a «muchos más restaurantes» de prestigio.
Por su parte, Serrano aseguraba sentirse «súper arropado al recibir un premio aquí en Miranda», lo percibía como algo «mucho más cercano». Las palabras del chef eran de constante agradecimiento, algo similar a lo que ocurrió con Molinero, quien quiso poner en valor el respaldo que le brindan la ciudad y la Cámara. El afamado cocinero recalcó que estaba «súper contento» de estar en un acto de estas características y, sobre todo, se mostraba sumamente satisfecho por encontrarse acompañado por «compañeros que llevan de la mano de la hostelería aquí bastante tiempo».