Su ejecución estuvo marcada por un parón de varios meses debido a la falta de materiales y por las prisas por concluirla antes del plazo límite para hacerlo, el 31 de diciembre del año pasado. Sobre la campana, la empresa adjudicataria hizo entrega de la obra de reforma de la Plaza Mayor de Castrojeriz a la Junta de Castilla y León, cuya consejería de Cultura, Turismo y Deporte ha invertido más de 600.000 euros a través de los Fondos Europeos Next Generation. Apenas unas semanas después de aquella fecha han comenzado a aparecer diversas deficiencias en el espacio recién reformado, como son el levantamiento y la ruptura de algunas de las baldosas.
El Ayuntamiento ya ha puesto el asunto en conocimiento de los técnicos que dirigieron la obra para que se lo trasladen a la empresa y ponga remedio para subsanar este problema, ya que la actuación cuenta con un plazo de garantía, como han explicado fuentes municipales. Las mismas califican su estado como «fatal» y sin entrar en más detalles manifiestan que «es un desastre» lo que está sucediendo con algunas losetas, por no hablar de ciertos remates que faltan por ejecutarse, como el relleno de los espacios entre las baldosas, dando un aspecto general de falta de terminación.
Un vecino reconoce que «no es la mejor obra que se ha hecho en el pueblo» e incide en que parte de los adoquines están huecos porque no han calzado bien. «Para el precio que ha costado, es un poco chapuza», afirma el hombre, que mantiene que si en dos meses se encuentra con este deterioro «a saber como va a estar dentro de más tiempo».
Afirma otro, que durante su ejecución, fue la comidilla de los bares la manera en la que se estaba haciendo, y añade otra cuestión. «Se han colocado bancos de piedra, en vez de madera, que no usa nadie, porque además de cerca de las casas, están muy próximos a las plazas de aparcamiento. Si das marcha atrás no se ven, un día habrá algún disgusto», dice.
Esta obra no solo ha consistido en cambiar la pavimentación de esta plaza, enclavada en la calle más larga del Camino de Santiago, sino que también ha supuesto nuevas canalizaciones, el soterramiento del alumbrado público, del suministro eléctrico y de telecomunicaciones, y el saneamiento y suministro de agua potable. La reparación de la Plaza Mayor forma parte de un proyecto municipal más amplio en torno a la calle Real. La Junta ha asumido el coste de la primera fase, mientras que el Consistorio irá ejecutando tres más durante los próximos años.
Nuevo tramo de calle. El tramo más inmediato en lucir como nuevo será el comprendido entra la plaza y la iglesia de San Juan y cuya licitación ya ha publicado el Ayuntamiento por un importe de 122.880 euros y que asumirá gracias a los planes provinciales.
A lo largo de la superficie que se pretende reparar y que ocupa 641 metros cuadrados, se encuentran «piedras levantadas» que han provocado alguna caídas, de ahí la necesidad de su reparación, como refleja su memoria, «su deterioro es evidente con levantado del pavimento de los entrepaños y que en muchos casos resulta un peligro para los vehículos y sobre todo los peatones». En este sentido, desde el Ayuntamiento ven la necesidad de acometer las obras «teniendo en cuenta el tráfico peatonal que origina el Camino de Santiago que, en ocasiones, llega a superar los 200 peregrinos al día».
En cuanto a la solución adoptada se plantea el levantamiento de los paños en mal estado (fundamentalmente todos los que no se han reparado en actuaciones puntuales), con aprovechamiento del material que se encuentra en buen estado y pueda recuperarse.
Según muestra la memoria, una vez ejecutadas las soleras, se sentarán con mortero de cemento las losas que forman el eje central. Cada cinco metros se trazarán los nervios transversales y los diagonales, en la misma piedra y con los mismos procedimientos constructivos. Los entrepaños así formados se rellenarán con mampostería de piedra caliza.
Las empresas interesadas en ejecutar la obra pueden presentar sus ofertas hasta el 31 de marzo. El tiempo de ejecución estimado es de 4 meses, con un plazo de garantía de un año desde el momento de la recepción de las obras.