Corazón muy deportivo (y compartido)

CARMELO PALACIOS / Burgos
-

La familia Ubierna, aficionada y viajera con el San Pablo y el Tizona, abre las puertas de su casa a Diario de Burgos para contar cómo se vive un derbi con el corazón dividido

Rubén Ubierna, aficionado del San Pablo y el Tizona, posa con sus dos hijos, Marcos (i.) y Bosco, en su casa de Briviesca. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El San Pablo le dio un buen repaso al Movistar Estudiantes el pasado domingo en el WiZink Center y alrededor de 700 seguidores azulones disfrutaron de ese triunfo desde la grada. Como no podía ser de otra manera, allí estaba Rubén Ubierna y su familia. Es un clásico, casi nunca falla. Horas más tarde, el Grupo Ureta Tizona sufrió de lo lindo para ganar al Ourense en El Plantío y, detrás del banquillo, en su asiento habitual, estaba Ubierna, puntual a la cita. «Si se puede, vamos a los dos», dice entre risas este burebano, que abre las puertas de su casa a Diario de Burgos días antes del derbi. 

El caso de esta familia de Briviesca es, sin duda, peculiar. La gran mayoría de aficionados burgaleses están en un bando u otro. Así es el deporte, donde casi siempre manda más el corazón que la cabeza. Sin embargo, Rubén, Lidia, Bosco y Marcos sienten devoción por los dos equipos y este sábado se encontrarán ante una nueva encrucijada porque, además, siempre van 'uniformados' a los estadios. «Mi hijo Marcos me dijo en el primer derbi de copa: 'Papá, ¿qué camiseta vamos a llevar?'. Al final, decidimos ir vestidos de calle. En esta ocasión, haremos lo mismo», asegura Rubén.

Está bien. Un tema solucionado. Los colores pueden ocultarse, pero de pasión, como dice Guillermo Francella en El secreto de sus ojos, no se puede cambiar. Marcos guarda silencio; Bosco y su padre lo tienen claro: «Que gane el mejor. Para nosotros si sube el San Pablo sería una alegría tremenda y si lo hace el Tizona, también. La pasión es el baloncesto».

Este sábado a las 20 horas se enfrentan ambos equipos en un Coliseum a reventar.

(El reportaje completo, en la edición impresa de este jueves de Diario de Burgos o aquí)