El día amaneció oscuro y fresco en Quintanilla San García pero las calles y el bar repleto de gente hacía pensar que el de ayer se trataba de un viernes de verano. La celebración de las fiestas patronales ya pasaron y para el fin de semana no había ninguna actividad cultural programada. Tampoco de ocio ni deportiva. Pero sí un claro motivo para festejar. Las puertas de la taberna volvieron a abrirse después de varias semanas cerradas a cal y canto y un hilo de música caribeña invitaba a todo aquel que se encontraba en el pueblo o pasaba por allí a tomar un aperitivo, o lo que surgiera...
Detrás de la barra, Norma Oviedo, con cierto nerviosismo pero sin quitar la sonrisa de la cara, daba la bienvenida a los clientes mientras ofrecía los pinchos que elaboró con tanto esmero. Hamburguesitas, croquetas, tortillas variadas, empanadillas, sándwiches, gildas... en pocos minutos los vecinos que acudieron a la inauguración acabaron con todos ellos. «¡Qué bien ha respondido la gente, y eso que no me conocen!», expresó con cierta emoción la emprendedora, que reside en Grisaleña y hasta esta misma semana regentaba el bar municipal.
(Más información y fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)