Alberto Molinero ha inaugurado las fiestas patronales en honor a la Virgen de Altamira con su pregón en la balconada del Ayuntamiento de Miranda. En su discurso, ha agradecido la respuesta de la ciudad a su cocina y ha recordado cuando de pequeño soñaba con disfrutar de los fogones sin saber muy bien qué significaba. Con una plaza llena, ha terminado con un "¡Viva Miranda!, ¡viva la Virgen de Altamira! y ¡viva la vida!".
Tras diez años desde que montara su primer proyecto en solitario, ha reconocido que "es un sueño" todo lo que ha conseguido con un puñado de locales abiertos desde entonces, una finca para eventos y un obrador. También ha alabado a su ciudad como un lugar para emprender, y la hostelería local, en un discurso acompañado de su familia en el que ha admitido los nervios iniciales al estar delante de tantos vecinos, "lo que es una pasada", ha remarcado.