Buscan la conexión internacional del detenido con explosivos

F.L.D. / Burgos
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Constan contactos a través de internet con fanáticos de los explosivos de varios países del mundo. Compartían información sobre dónde conseguir artilugios y sustancias químicas a precios de fábrica

La Guardia Civil detuvo a A.C.R. el viernes y registraron la lonja de San Bruno el sábado. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La detención de A.R.C., de 31 años y vecino de Gamonal, no ha significado el fin de la llamada Operación Marco Polo. La Unidad Orgánica de Información de la Guardia Civil mantiene abierta la investigación para determinar, entre otras cosas, qué hacía con parte de esos artilugios y mezclas químicas que confeccionaba en la lonja del garaje de San Bruno. También se están rastreando las conexiones internacionales que le permitían conseguir materiales y la información que compartía con otros fanáticos de los artefactos. Asimismo, hay otra línea abierta para esclarecer su implicación en los 25 kilos de 'speed' encontrados en su casa.

Una de las cuestiones que tienen clara los investigadores de la Benemérita es que, al menos los elementos pirotécnicos, como los petardos, bengalas o cohetes, los vendía al por menor de manera ilegal, pues nada de lo que fabricaba cumplía los requisitos de seguridad reglamentarios ni estaban homologados. De hecho, hay sospechas de que alguno de éstos pudiera haber causado alguna lesión a terceras personas.

La 'X' que la Guardia Civil quiere despejar es si A.C.R. también vendía explosivos de gran formato y a quién. Por eso está rastreando sus conexiones internacionales que, según las primeras pesquisas, le permitieron conseguir por empresas de paquetería materiales y sustancias imposibles de adquirir en España por particulares. En la lonja encontraron precursores como la hexamina (utilizada en aplicaciones militares, demoliciones controladas y minería), perclorato, azufre o ácido clorhídrico.

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