Una inyección de vida más allá de los 60

A.C. / Villasana de Mena
-

El programa Soledad Cero reúne a 120 meneses en Villasana, el doble que hace un año. Lo ven «imprescindible» y piden más espacio porque ya no caben en el cívico de Santa Ana

El taichí es una de las últimas incorporaciones al amplio programa de actividades. - Foto: A.C.

El entusiasmo y el convencimiento con el que Maite, de 72 años, y Marina, de 65, hablan del programa Soledad Cero llama la atención. Para ambas, casi una sola voz, «este programa es imprescindible». «Es como una inyección de vida», continúan. «Conocemos a un montón de gente con la que antes no teníamos trato y es de gran ayuda porque el Valle de Mena es muy grande... va eliminando barreras y nos ofrece un montón de actividades que nos dan vidilla a tope», siguen contando.

Estas dos activas mujeres son de las que no paran. Ypor eso con Soledad Cero se apuntan a un bombardeo, si hace falta. Salieron disfrazadas en el Carnaval de 2024 y han vuelto a repetir este año, pero también participaron en la obra teatral que se representó en Navidad y se las ve por taichí, coro, el rincón vital o el taller de Jesús manos a la obra, que dirige uno de los propios usuarios del programa, donde todos pueden aportar su grano de arena, como este manitas que enseña a reparar de todo.

Esta pareja de nuevas amigas gracias a Soledad Cero no reparan en halagos hacia la coordinadora del programa, Marisol Sueiro: «Su cabeza, lo que mueve, el entusiasmo que tiene es difícil de reunir en una sola persona, además de la capacidad para animarnos a todos». Ella escucha y valora «la valentía de todos para atreverse con nuevos retos». Porque si algo obsesiona a esta periodista que se especializó en programas de envejecimiento activo es convencer al mayor número posible de meneses de que «Soledad cero no es para viejos». Luchar contra el edadismo es una de sus principales batallas, además de ofrecer «un programa transformador para nuevos jubilados con nuevas necesidades y que busca ser innovador, al reconstruir las relaciones sociales y comunitarias con dinámicas totalmente distintas y en espacios donde se generen conexiones y amistades».

El taichí es una de las últimas incorporaciones al amplio programa de actividades.El taichí es una de las últimas incorporaciones al amplio programa de actividades. - Foto: A.C.

Sueiro está convencida de estar lográndolo, porque «vas notando la felicidad de la gente». «Hay muchísimas viudas que te dicen que les has cambiado la vida», asegura. Lo que se ve cada tarde, de lunes a viernes, en el espacio reservado para el programa en el centro cívico del convento de Santa Ana, lo dice todo. A eso de las seis ya no cabe un alfiler en ninguna de las tres salas donde se van desarrollando diferentes actividades. Soledad Cero arrancó con 60 inscritos en enero de 2024 y ya va por 120. Lo que ya reclaman es más espacio, porque las clases de gimnasia y otras actividades físicas con mucha demanda son rotatorias por su gran demanda y los grupos de un máximo de 20 se tienen que ir turnando para dar oportunidad al mayor número posible de usuarios.

La coordinadora ansía «conseguir un transporte», por la gran dispersión de Mena


Pero esta iniciativa es mucho más. Sueiro insiste:«No es un gimnasio, ni una academia de aprendizaje, sino un programa para dar visibilidad a los mayores de 60». Por eso, lo mismo se disfrazan en Carnaval, que organizan el Vermú +60 y salen en las fiestas de San Antonio con un Mini y una Vespa vestidos de los sesenta, que en la feria ganadera ofrecen cuentacuentos, pintacaras o un taller de semillas en su expositor.

De pasear a hacer pódcast. Además de pilates, gimnasia de mantenimiento y en silla o baile, se acaban de sumar biodanza y taichi. Pero también se activa la mente, se debate en el rincón vital o se aprende en los jueves temáticos, donde han conocido más de la Inteligencia Artificial, de como prevenir incendios de la mano de los bomberos o de nutrición. Por si fuera poco se acaba de crear el coro y ya son ocho las mujeres que se animan a hablar de temas diversos en podcast que se han comenzado a divulgar en Spotify. Mari Cruz, de 65 años, es de las que «no había oído lo del podcast en mi vida». «Cuesta un poco, porque no estamos acostumbradas a hablar», describe. Ya van por el segundo, que cuenta como se ligaba antes. Ella antes solo salía por las tardes a pasear. Ahora da voz a los mayores de 60 y participa en multitud de propuestas, en muchos casos junto a Emi, llena de vitalidad a sus 72.
Cada semana se reúnen un par de veces, van decidiendo qué temas tocar, los van preparando y graban en el Ayuntamiento con un equipo de sonido profesional. Con esta iniciativa se va cumpliendo otro de los objetivos de Soledad Cero, «que el mayor se vea con capacidad de aportar a la sociedad». El saber de las mayores de 60 también ha quedado escrito en el libro Los secretos de las menesas. Pequeños remedios que te sacarán de más de un apuro. Escoceduras, quemaduras, suciedad o malos olores están resueltos con la experiencia que reúnen sus 42 autoras.
En Santa Ana cada día se nota que nunca es tarde para salir de casa, envejecer de forma activa y seguir mejorando. En gimnasia nos topamos con Begoña, de 92 años, y en coro, con Isabel, de 87, que resume el programa en una frase:«Esto me ha hecho muy feliz». «De estar sola en casa todo el tiempo, porque no había donde ir a estar todo el día en la calle», añade. Solo hay un problema y es que vive en Lezana y no se atreve a conducir de noche. El día que DB la conoció, había compartido un taxi para acercarse a Villasana. Por eso y porque Mena suma más de 40 pueblos, la obsesión de la coordinadora de Soledad Cero es «conseguir un transporte».