Las instalaciones de las dos piscinas de verano con las que cuenta la capital ribereña, La Calabaza y La Acapulco, se van a someter a una reforma integral para, además de solucionar los múltiples problemas que sufren debido a su antigüedad, actualizarlas para que sean más atractivas para los usuarios. El área de Deportes del Ayuntamiento de Aranda está trabajando en un anteproyecto para conseguir dos complejos versátiles, en los que se incluyan alternativas para aumentar su periodo anual de uso, que se pretende completar para su estreno para la temporada de baño de 2026 porque «la inversión que se tiene que hacer ahí no da tiempo a ejecutarla en un año», reconoce la concejala de Deportes arandina, Belén Esteban.
Entre la larga lista de actuaciones que se pretenden acometer en estas instalaciones, Esteban diferencia entre las estrictamente necesarias para solucionar los problemas que han surgido con el paso de los años y las propuestas para poner al día unas piscinas que, quitando pequeñas reformas, se mantienen como en su inauguración, hace más de medio siglo. «Los equipos han agotado su vida útil, en Acapulco hay árboles que las raíces han afectado a todos los desagües, la piscina infantil de La Calabaza tiene fugas de siempre...», enumera la concejal de Deportes las reparaciones imprescindibles. «Para la temporada del año que viene se harán las reparaciones urgentes e inmediatas, lo que haga falta para ponerlas en servicio», especifica.
En la segunda fase de esta reforma integral, las obras se centrarán en la actualización de los dos complejos. El de Acapulco se inauguró en 1969, por iniciativa privada, aunque el Ayuntamiento lo adquirió en 1981 por 27 millones de pesetas; mientras que el de La Calabaza estrenó los primeros baños en julio de 1970. «No sólo hay que cambiar lo que está mal sino hacer las piscinas un poco bonitas, que todos los pueblos de alrededor nos han adelantado, todos tienen piscinas preciosas ahora», reconoce Esteban. Para revertir esta situación, se van a recuperar las zonas verdes de ambas piscinas y llevar a cabo importantes mejoras para añadirles atractivo para los usuarios. «La Calabaza la queremos enfocar a que haya una parte de parque acuático infantil, y en Acapulco contemplamos hacer un complejo deportivo con todo lo que está al lado, con el campo de rugby y voleibol, y la piscina grande ponerle una cubierta retráctil que nos permita utilizarla cuando no hace bueno», adelanta Esteban las propuestas que están valorando incluir en el proyecto para tenerlo listo dentro de dos años.
Antes, la burocracia. Para poder llevar a cabo esta iniciativa, el área municipal de Deportes ha planteado reducir el plazo del contrato de gestión de estas piscinas de verano. «La idea es hacer una concesión cortita, para esos dos años, para que nos dé tiempo a hacer una reforma integral de las dos piscinas», concreta Belén Esteban, porque hace falta, no están del todo mal, pero los equipos están acabando su vida útil.
Como paso previo, se va a tener que redactar y aprobar una ordenanza para el uso de estas instalaciones, de la que carece el Ayuntamiento arandino. «El problema que nos encontramos ahora es que no hay ordenanza para las piscinas de verano, que ahora es imprescindible para sacar cualquier cosa a licitación», reconoce Esteban. Ya han comenzado los trámites para contar con este documento, que incluye también los precios para los usuarios, y han presentado esta semana un borrador de esta necesaria ordenanza «para que la oposición pueda hacer aportaciones e incluirlas», especifica la edil de Deportes esta labor previa.