El juez ha decretado prisión provisional para uno de los dos detenidos en Burgos la madrugada del pasado 6 de mayo, lunes, tras asaltar una panadería de San Pedro y San Felices. Aquella noche, la Policía Nacional detuvo al joven junto a una mujer, ambos con numerosos antecedentes, cuando huían después de llevarse unas chucherías y una báscula de una tienda de la calle Ávila, en la zona sur de la ciudad. La investigación policial ha permitido vincular al arrestado con al menos cuatro hechos delictivos más, perpetrados en una parroquia, un centro cultural y un bar.
La noche de su detención, varias dotaciones policiales acudieron a la llamada por un presunto robo en una panadería en el que la colaboración ciudadana fue clave. Por un lado, los policías comprobaron que el autor o autores habían empleado una alcantarilla para fracturar el cristal del negocio, llevándose principalmente productos de comida rápida, galletas, snacks y similares.
Por otra parte, y de forma consecutiva en el tiempo, la llamada de un vecino de un edificio cercano, alertaba de la presencia de dos jóvenes- hombre y mujer- que se encontraban aporreando la puerta de un domicilio de su portal.
La dotación policial que acudió a este último aviso localizó a los finalmente detenidos, conocidos por su reiterada actividad delictiva, abandonando el portal de la finca, y al darles el alto, la mujer arrojó al suelo una mochila que contenía productos como los sustraídos en la panadería momentos antes, huyendo escaleras arriba para ocultarse en un rellano donde fue interceptada. Por el contrario, el joven permaneció quieto, sin oponer resistencia a la acción policial.
Coordinadas ambas actuaciones, de inmediato fueron vinculadas a los detenidos, pues la mujer dejó olvidadas dentro de la panadería las llaves de su propia casa, de ahí que golpearan la puerta para intentar entrar a la misma. Y no sólo eso, pues un simple recorrido a pie de los agentes entre esta vivienda y el comercio atacado, permitió observar varios envoltorios de productos sustraídos que los presuntos autores fueron arrojando al suelo tras ingerir su contenido mientras huían.
Entre tanto, Casilda, la dueña del negocio de la calle Ávila, se personó en el mismo, y reconoció al serle mostrados como propios los productos recuperados a los presuntos autores del hecho. Ante tales indicios, los agentes procedieron a la detención de ambos, acusados de un delito de robo con fuerza, siendo conducidos a las dependencias de la Comisaría Provincial de la Avenida Castilla y León.
El joven, que no supera los 25 años de edad, acumula más de 20 antecedentes policiales, los primeros cometidos siendo aún menor. Presenta un amplio historial delictivo por delitos contra la propiedad, tales como robos con fuerza, robos con violencia y estafas. Además, sobre el mismo pesaban ya medidas cautelares judiciales de libertad vigilada, lo que no ha impedido su reiteración delictiva.
Respecto a la mujer, le constan 10 antecedentes previos, por delitos tales como robos, malos tratos en el ámbito familiar, atentado y reclamación judicial.