Bien saben los equipos del mundo del deporte que la cantera resulta esencial para dar con las que serán las estrellas del futuro. Hacen falta muchas horas de entrenamiento y de formación, pero acaba mereciendo la pena al ver los resultados. Y si en Arcos de la Llana quieren convertirse en la Villa del Teatro tienen que empezar a trabajar con los chavales para localizar nuevos talentos y garantizar así el relevo, por lo que ya se han puesto manos a la obra y el plan les está funcionando a las mil maravillas. Tanto Juana I de Castilla como don Juan Tenorio requieren múltiples actores y ahora los pequeños sueñan con ponerse sus trajes y pisar las tablas.
Amelia, de 5 años, es la pequeña del grupo, y Jesús, de 12, el mayor. Siete promesas forman parte de este proyecto que ha nacido en Arcos para formar artistas y, de paso, ofrecer una novedosa actividad en la localidad. Paula, Zaira y Claudia, que nunca antes habían hecho nada relacionado con el teatro, reconocen que han empezado con muchísima ilusión y también con un poco de timidez. «La vergüenza la tenemos todos porque nunca hemos actuado», confiesan estas pequeñas actrices. Aunque al verles ensayar lo cierto es que apenas se les notan esos nervios y muestran una gran destreza para llevar solo unas cuantas semanas en esto. Se han aprendido de memoria sus papeles, saben gesticular y conectan con el público, por lo que ese desparpajo es un buen inicio.
La intención pasa por practicar todo el año y subir el nivel poco a poco con más proyectos
Amaya, Amelia, Jesús, Claudia, Paula y Zoe forman parte del grupo de chavales que han comenzado ahora este proyecto. - Foto: Ramis
«Lo que más nos ha gustado es la gente que hemos conocido y que nos lo estamos pasando muy bien. Hemos empezado con papeles cortos y te los puedes estudiar en tres días», dice Jesús, que le gustaría seguir practicando y sueña con tener un papel en don Juan Tenorio. Se lo propuso su madre y le ha acabado gustando. «Nunca he participado en representaciones, pero este año sí me gustaría», añade. Mientras, Zoe, de 9 años, asegura que también ensaya un día a la semana en Burgos y que está aprendiendo a no dar la espalda al público.
Desde ponerse los trajes para meterse en el papel hasta descubrir cómo suenan sus voces con los micrófonos colocados, para los pequeños de este municipio del Alfoz de Burgos todo es nuevo ahora. Pero poco a poco se van soltando.
Tenemos mucha ilusión. Pero también hay un poco de vergüenza porque nunca hemos actuado».Paula, alumna de 10 años
Para el grupo local Artella Teatro esta actividad se traduce en futuro. «Son los niños que van a seguir con la labor que estamos desarrollando desde hace más de 20 años, nosotros siempre hemos buscado que la gente se integre y que los pequeños tengan otra actividad de ocio diferente a lo de siempre y que sea complementaria con lo demás», expone Diego Ibáñez, presidente de la agrupación, que destaca que esto es perfecto para que vayan trabajando con ellos y, además, menciona que también tienen la sección juvenil donde se hacen los requiebros medievales.
Diego Ibáñez, de Artella Teatro, les da algunas instrucciones. - Foto: Ramis«Siempre viene bien que los niños se involucren, derrochan ilusión y ganas, siempre están dispuestos a todo», manifiesta Ibáñez. «Nosotros somos mayores, alguien nos tiene que sustituir... Está bien que lleguen nuevas generaciones, aunque luego esto te tiene que gustar mucho porque lleva tiempo preparar las cosas», dice.
Hemos empezado con papeles cortos que se aprenden rápido. Y quiero participar en alguna obra»Jesús, alumno de 12 años
Por mencionar algún dato, para Juana I de Castilla se necesitan unas 200 personas -entre el cortejo y los que salen en representación-, a lo que se suma don Juan Tenorio o las diversas obras que desarrollan en la localidad por el Día Internacional del Teatro. Y no es que sean solo el futuro, también forman parte del presente debido a que para esos espectáculos se requiere la presencia de niños.
También para los chavales esta propuesta les ofrece múltiples ventajas de cara a su día a día y para afrontar determinadas situaciones. No todo lo aprendido se queda en el escenario. «Personalmente les va a venir muy bien, luego se van a enfrentar al público solos y afrontar determinadas dificultades, por lo que también les formará como personas», manifiesta Ibáñez, que cree que esa forma de desenvolverse puede venir bien hasta para entrevistas de trabajo. Hace cinco años llegaron a sumar 23 niños ensayando para una obra, pero con la pandemia todo quedó paralizado y ahora se ha retomado la iniciativa. El objetivo es que cada vez más chavales se interesen y que se animen a meterse de lleno en el mundo del teatro y la cultura.
Ahora estoy aprendiendo a no dar la espalda al público, que es algo muy importante».Zoe, alumna de 9 años
Desde principios de año han estado ensayando la obra Yo no quiero ser una princesa rosa con el objetivo de llevarla a cabo el Día del Teatro, que se celebró en Arcos este pasado fin de semana. Todo partió de la idea de las concejalas Vanesa Cabreros y Yolanda Herbosa, que -a través del centro cívico- se han encargado también de ayudar a preparar los textos a los chavales con ayuda de otras madres. «Al principio no les dijimos que iban a actuar ni nada para que no estuvieran presionados, pero como hemos visto que lo hacían tan bien pues lo propusimos», dicen, mientras desean que poco a poco más gente se incorpore. «También es bueno porque así desde Artella Teatro van a tener luego de dónde tirar», añade. Mientras, a raíz de esto muchos padres se han animado a realizar algún papel. «Y así hemos pasado los sábados de invierno, no está nada mal», comentan.
Ahora se plantean seguir hasta la representación de Juana: Ciega de razón, que suele ser a finales de agosto, para realizar alguna obra relacionada con la época medieval que se hace a pie de calle. «Queremos hacer muchas cosas, la verdad que la gente se apunta a todo aquí», asegura Herbosa, que reconoce que tienen una gran cantidad de ideas y sorpresas preparadas que irán contando poco a poco.
También es bueno porque desde Artella Teatro tienen de dónde tirar. Queremos hacer muchas cosas»Yolanda Herbosa, concejala y profesora
El alcalde, Javier Castillo, decía en verano al inaugurar el busto que sirve de homenaje a Juana -conocida como La Loca y que residió 16 meses en la localidad- que «la obra es un poco agridulce porque todos los años acaba marchándose a Tordesillas y esta vez, de alguna forma, se queda con nosotros». Más allá de esa figura, ahora los niños y su apuesta por el teatro permiten mantener muy vivo su legado.