Cáritas ha presentado esta mañana la memoria del 2023, en la que destacan varios datos. El primero es que "la pobreza severa sigue estancada", a pesar de la recuperación económica y del perfil de quienes recurren a la entidad, que también es diferente. La coordinadora de Acción Social, María Gutiérrez, ha destacado en este sentido que se atiende a personas cada vez más cualificadas y que, de hecho, el 18% de los 10.867 usuarios con los que trabajaron el año pasado tenían Bachillerato y/o estudios superiores. Y, aunque el 17% están trabajando, en Cáritas han recordado que es imprescindible crear empleos de calidad y "dignos". Esto es, no temporales (solo en verano), no por horas (tres o cuatro) y con salarios dignos que permitan vivir en una sociedad donde el acceso a la vivienda cada vez es más difícil. De hecho, Gutiérrez ha afirmado que "ahora mismo es más difícil encontrar vivienda que trabajo".
En cuanto al perfil, también se ha recordado que ha habido un aumento "importante" de ciudadanos extracomunitarios" (es decir, no europeos), que el año pasado supusieron el 59% del total. La mayoría, ha dicho María Gutiérrez, proceden de Colombia, Venezuela y otros países de América Latina. Y en cuanto a las razones para emigrar destacan, "además de las condiciones económicas, otras que tienen que ver con la inseguridad y con la falta de perspectivas de futuro". Sin embargo, al mismo tiempo hay un problema importante con el Sistema de Acogida de Protección Internacional y Temporal, dado que "está totalmente colapsado". Eso conlleva mucha dificultad para conseguir permisos y trabajar.
En el capítulo económico, el director de Cáritas, Jorge Simón, ha destacado el incremento de las ayudas económicas directas (que pasaron de 716.000 euros a 855.000 euros) y el alza de los recursos invertidos en las personas necesitadas: de 3,8 a algo más de 4 millones. "Sobre todo se ha destinado a la acogida parroquial, que es la base de nuestra atención, pero también han aumentado los fondos para personas sin hogar, infancia y empleo".
Por último, el delegado diocesano, Mario Vivanco, ha recordado el compromiso de Cáritas con "la defensa de la dignidad de todas las personas vulnerables, el acceso a los derechos de las víctimas de la pobreza, la integración plena de los migrantes o el acceso al mercado laboral mediante la formación".
De igual forma, han reclamado que se recupere la inversión en ayuda a la cooperación internacional.
(Más información mañana, en la edición impresa de Diario de Burgos)