La Policía Nacional ha ordenado desalojar esta tarde en Burgos el centro comercial Camino de la Plata, donde se ubica el hipermercado Alcampo, después de que se haya localizado un artefacto sospechoso en las inmediaciones sobre las siete de la tarde. La Comisaría ha activado la 'circular 50', el procedimiento que se sigue cuando existe riesgo de atentado. Finalmente, todo ha quedado en una falsa alarma.
Los agentes han tomado los alrededores de la gran superficie y la han acordonado, tras lo cual han ordenado la salida de todos los que se encontraban en él -tanto clientes como empleados- hasta analizar ese artefacto y establecer si se trata o no de un explosivo.
Al parecer, un hombre que caminaba por el lateral del centro comercial situado junto a calle San Roque ha observado la presencia de una olla en el suelo, tras lo cual ha avisado al personal de seguridad del establecimiento, que ha alertado a la Policía Nacional.
- Foto: Alberto RodrigoRápidamente se ha movilizado a un nutrido grupo de agentes en el lugar hasta la llegada de los artificieros, encargados de manipular y examinar la olla sospechosa, que finalmente ha resultado estar vacía.
Empleados y clientes han tenido que abandonar el lugar dejando sus vehículos en el aparcamiento subterráneo, ya que el desalojo se ha llevado a cabo de manera urgente y sorpresiva. Pasadas las diez de la noche han podido regresar al establecimiento.
En torno a las nueve y media de la noche, el Ayuntamiento de Burgos, a través de sus perfiles en redes sociales, había hecho un llamamiento a la tranquilidad ante el desalojo del centro comercial Camino de la Plata.
El despliegue policial de este jueves se produce en un contexto en el que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han intensificado los controles preventivos en la capital y provincia después de que el Ministerio del Interior subiera la alerta antiterrorista al nivel 4 reforzado.
Lo ocurrido en Francia y Bélgica en los últimos días ha encendido todas las alarmas de Policía Nacional y Guardia Civil, que no sólo están más presentes en puntos que consideran más sensibles como colegios, centros comerciales, edificios públicos o estaciones de transporte, sino que también están muy pendientes de posibles radicalizados.