El Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos contempla también una red de laboratorios para la vigilancia de los microorganismos resistentes, que permite acceder a la información sobre microorganismos resistentes en todo el territorio nacional. Este sistema se compone de un conjunto de laboratorios que realizan el diagnóstico de microorganismos resistentes en las diferentes comunidades autónomas, junto a aquellos laboratorios que han sido designados como 'de apoyo y referencia'.
De esta forma, la red se compone de tres niveles. Los laboratorios de nivel 1, encargados de la detección de los microorganismos resistentes en todos los hospitales; y continúa con los del nivel 2, denominados también de apoyo, y que realizan la caracterización genotípica de esos microorganismos. El tercer y último nivel lo constituye el Centro Nacional de Microbiología.
Castilla y León
En Castilla y León son dos los hospitales que prestan ese servicio de apoyo, y por lo tanto son de nivel 2. Uno se ubica en el Hospital Río Hortega de Valladolid, y el otro en el Complejo Asistencial Universitario de Burgos (CAUBU). La microbióloga y coordinadora de la RedLabRa de Castilla y León, María Ortega, explica que el trabajo que realiza el laboratorio se centra en la «vigilancia de las bacterias», de aquellas que en el momento son más «relevantes» y les tienen más preocupados. Ortega coordina la RedLabRa de la Comunidad junto al doctor Luis López-Urrutia Lorente.
Los laboratorios de nivel 2 deben tener además las mismas capacidades y funciones que los de nivel 1, así como disponer de una infraestructura, capacidad técnica y protocolos normalizados de trabajo para el estudio, de una manera ágil, de los patógenos resistentes y mecanismos de resistencia a los antimicrobianos cuya vigilancia se haya priorizado. Estos están por encima de los laboratorios de nivel 1.
«Los laboratorios de microbiología son los grandes protagonistas, porque ellos detectan las bacterias en cada centro y tienen que promover alertas o dar información a los médicos para que la prescripción se ajuste y sea la correcta», expone.
De esta forma, desde este centro en Burgos se encargan de "caracterizar" a las bacterias, para conocer más de cerca qué resistencias presentan y qué tipo de bacterias son. «El objetivo final es disminuir la diseminación de aquellas que tienen resistencias más relevantes, y que las bacterias cada vez sean menos», añade.
«Nuestro trabajo es un poco en dos bandas. Hacemos esta caracterización y devolvemos la información a los laboratorios 1 lo antes posible, para que ellos puedan llevar a cabo las medidas», continúa Ortega. Un mayor conocimiento sobre estas bacterias permite que las medidas sean «más exactas».
La información también llega al centro Nacional de Microbiología, la «punta del triángulo», tal y como señala la responsable. Este, se encarga de recoger toda la información que llega de los diferentes hospitales a nivel nacional, y estudiar así las tendencias que hay, y compararlas con Europa.
Este laboratorio de nivel 3, tiene las mismas capacidades y funciones que los de nivel 2 y, además, da asesoría y soporte a los laboratorios de la Red, colabora en la caracterización genotípica de los brotes cuando así se requiera y tiene capacidad para realizar la trazabilidad interregional de los clones predominantes de bacterias multirresistentes.
Ortega, junto a la jefa de Unidad de Microbiología del CAUBU, Gregoria Megías Lobón, pone en valor la labor que realiza su laboratorio para «conocer mejor» a las bacterias a nivel molecular y genético. Unos conocimientos que luego transmiten, para que esa información «genere acciones» y ayude en esta lucha.