El cambio de la oficina de turismo no estará en temporada alta

B.G.R. / Burgos
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El traslado del centro de visitantes de la calle Nuño Rasura al Teatro Principal se pospone a finales de verano. Se busca espacio para las vidrieras y se desmantelará el dedicado al vino

La instalación ubicada junto a la Catedral fue remodelada en el año 2018. - Foto: Luis López Araico

La decisión del equipo de Gobierno de trasladar el Centro de Recepción de Turistas (Citur), emplazado en la calle Nuño Rasura, al Teatro Principal por falta de visibilidad quedó respaldada por los datos de viajeros del pasado verano, cuya afluencia descendió un 14%. Sin embargo, siete meses después de aquel anuncio todavía no hay una fecha concreta para la mudanza, aunque desde la concejalía que se ocupa de esta competencia se mira ya hacia finales de la próxima época estival para llevarla a cabo. 

Con ello pasará de largo la Semana Santa, así como los meses de mayor actividad para la instalación de la capital, julio y agosto, si bien el interés municipal se mantiene. El concejal de Turismo, Carlos Niño, que hace pocas semanas recuperó sus responsabilidades al frente de esta área tras el paso de Andrea Ballesteros, resta importancia a las fechas en las que se haga efectivo el cambio y pone en valor un proyecto con el que se quiere dotar del máximo aprovechamiento a la dependencia municipal.

Fue en agosto del pasado ejercicio cuando el edil hizo público el traslado y, según explica, en ese momento la premura de ejecutarlo radicaba en el fin del contrato con la empresa adjudicataria de la gestión del centro el 14 de diciembre. No obstante, precisa que se vio la opción de continuidad con la prórroga del mismo por un año, que quedó finalmente materializada. A partir de ese momento, asegura que se comenzó a trabajar en el expediente administrativo, de tal forma que en breve, este mismo mes, se sacará a concurso un estudio sobre los detalles, las necesidades técnicas y el aprovechamiento de espacios de la nueva localización, que ocupará las dependencias de la antigua Casa de los Gigantillos.

Niño avanza que se tratará de un contrato menor por procedimiento negociado con el fin de «agilizar» el proceso, al igual que ocurrirá con las posteriores obras de adecuación. Teniendo en cuenta los plazos administrativos, prevé que la oficina pueda estrenar localización a finales del verano, no sin antes reconocer que lo deseable pasaba por aprovechar esta época y subrayar que en ningún momento la capital se quedará sin este servicio. 

La decisión se anunció en agosto y se ha prorrogado un año el contrato de gestión


De forma paralela, también se está valorando qué uso se da a distintos recursos que existen en la dotación actual, como son los centros de interpretación de las vidrieras de la Catedral y del vino. En lo que afecta al primero, ubicado en el sótano del edificio de Nuño Rasura, el concejal de Turismo asegura que «se está buscando» una ubicación para las distintas recreaciones realizadas de las vidrieras de la Catedral. «Pueden colocarse en cualquier dependencia del Ayuntamiento», sostiene, haciendo referencia, aunque aún sin haberlo cerrado, a los centros cívicos. Respecto al segundo, localizado en la primera planta, considera que el contenido «se ha quedado obsoleto» y anuncia que se desmantelará, si bien los objetos de mayor valor se destinarán al centro gastronómico y enológico proyectado en el antiguo Asador de Aranda.

Fruto del cambio de la oficina de turismo, existe un tercer reclamo  que también requiere emplazamiento, la Casa de los Gigantillos. «No es algo fácil debido a su volumen», admite Niño, al tiempo que muestra su convencimiento de que deben de mostrarse en un lugar visible para el público. La solución definitiva aún no se ha tomado, pese a que el Procurador del Común pidió recientemente la reapertura de esta instalación por su contenido cultural. Cabe recordar en este punto, que abrió sus puertas en 2014 y se cerró en septiembre de 2022 por falta de personal, abriéndose en la actualidad solamente en momentos puntuales del año.