Aquí se viene a jugar

ALMUDENA SANZ / Burgos
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Ajetreo Burgos propone un ocio alternativo en torno a los juegos de estrategia y tablero con un interés creciente. El 21 y 22 de marzo celebra las IV Jornadas de Rol en La Estación

Roberto Tremiño, Lara González, Javi Cazalilla, Santi Urruela, Kim Martínez y Maika García (de i. a d.), en La Estación, donde desarrollarán las Jornadas de Rol. - Foto: Valdivielso

Se sientan alrededor de una mesa como lo han hecho muchas veces en su vida para echar una partida. Unos más que otros. Porque jugar no tiene edad, porque todos son bienvenidos a las escaramuzas que orquesta Ajetreo Burgos, Asociación Cultural de Juegos de Estrategia, Tablero y Rol para la Educación y el Ocio. Su apellido lo dice todo.

Proponen una manera distinta y saludable de pasar el rato. Aunque se constituyó en 2022, no ha tomado impulso hasta el pasado año. Sus integrantes se pusieron las pilas y organizaron las I Jornadas de Rol en 2024, y luego las segundas, y las terceras. Unas cada cuatro meses. Dibujaron una línea ascendente de asistentes, en torno a 200 entre jugadores y público. Un éxito que esperan repetir en las cuartas, que tendrán lugar el 21 y 22 de marzo en La Estación. Las inscripciones, en su página web. 

La presidenta, Maika García, el vicepresidente, Santi Urruela, la tesorera, Kim Martínez, y los encargados de inclusión, Javi Cazalilla, del blog, Lara González, y del rol en vivo, Roberto Tremiño, hablan entusiasmados de esta aventura que nació por la necesidad en la ciudad de una agrupación dedicada a estos menesteres de una manera constante, sin los vaivenes de los intentos anteriores. 

Arrancaron ocho personas en un bar y comenzaron con partidas en sus casas, o, cuando querían estirarse más, en espacios cedidos, como la vieja estación. «Había mucha gente dispersa jugando en sus casas y éramos muy endogámicos, los mismos siempre», recuerda el vicepresidente. Los eventos públicos los han dado a conocer y llegar hasta el medio centenar de socios que son ahora, con una horquilla de edades amplia, de los 56 del más viejo a los 22 del más joven. 

Su propósito es simple: jugar. ¿A qué? «A todo», convienen. A escape room, desafíos que hay que sortear para escapar de una habitación cerrada, y rol en vivo, quizás lo más espectacular, que, ilustra Tremiño, resultan lo más parecido a una obra de teatro. 

Hay un ocio para menores y otro para mayores, pero hay una franja intermedia para la que solo queda el bar. Nosotros buscamos cubrir ese vacío» 

Hay un director que prepara todo y unos personajes, normalmente entre 12 y 13, aunque los más espectaculares pueden llegar a 200, con un papel, un argumento general, pero a falta de un guion. Y en eso consiste la partida. Desarrollarlo a lo largo de una, dos, tres horas a partir de retos que cada jugador debe superar con sus propios recursos. 

Este mismo planteamiento sigue el llamado rol de mesa, el punto fuerte de Ajetreo Burgos, que sienta a cuatro o cinco intérpretes y un director, con más responsabilidad que en el vivo. Cada uno debe asumir su papel, descrito en una ficha con sus fortalezas y sus debilidades, en una historia de la que se sabe lo que ha ocurrido antes y lo que está pasando en ese momento. García, que pese a su juventud se está postulando como una de las batutas más prolijas, destaca que los hay de terror, de comedia... De todos los géneros. 

«Tienen unas implicaciones de astucia e inteligencia. Depende de la complicación de la trama debes espabilarte», anota Urruela y añade García: «A veces te pone en disyuntivas morales. Trabaja mucho la empatía porque te puede tocar interpretar a un personaje que es muy distinto a ti en la vida diaria. Si consigues meterte ahí, puedes ponerte en los zapatos de la otra persona». 

No termina aquí la oferta lúdica. Se suman los juegos en miniatura. Representan un escenario sobre una mesa, puede ser una batalla, un partido de rugby fantástico, una escena de Star Wars o de El señor de los anillos. Utilizan un conjunto de piezas para entablar combates o pruebas de estrategia. Estas escaramuzas tienen el plus de que muchas de esas miniaturas las pintan los propios usuarios. Y también los de cartas. No hablan de tute ni de julepe, sino de Magic o La llamada de Cthulhu.

El rol de mesa es nuestro fuerte»

Aunque tanta regla puede asustar al neófito, los integrantes de Ajetreo templan gaitas. Hablan del buen ambiente que se genera, de los distintos niveles de dificultad, de la ausencia de la palabra competición en su vocabulario y de lo más importante, de que aquí se viene a jugar, y este verbo es sinónimo de diversión, colaboración e interacción social. 

He ahí una de las claves. Todo el mundo tiene cabida. No se mira el DNI y se apuesta por la inclusión, con la adaptación del juego siempre que es posible a las distintas capacidades. Ayuda, además, a socializar a aquellas personas que no encuentran su sitio o que a partir de cierta edad tienen dificultades para hacer amigos. 

«Hay ocio para menores de 18 años y para los mayores, pero hay una franja intermedia para la que no hay más allá de ir al bar. Nosotros buscamos cubrir ese vacío», remacha la presidenta y añade la oportunidad para las personas menos extrovertidas. «Pueden encontrar su sitio porque aquí interpretas a un personaje, no te expones tú, y se puede crear un grupete de gente, con la que vas jugando, pero además quedas a tomar algo», amplía. 

González confiesa que ella halló «ese sitio que llevaba tiempo buscando». Igual que Cazalilla, que vio el cielo abierto cuando, recién llegado a la ciudad, se topó con un cartel de las Jornadas de Rol. Todos son bienvenidos a este Ajetreo. 

Necesitan un local permanente de encuentro 
Con medio centenar de integrantes, y subiendo, el éxito fulminante de los encuentros con los que consiguen atraer hasta a gente de otras partes de España como Madrid o León y la organización de actividades semanales para dar continuidad a la asociación, se torna en urgente contar con un local fijo, un punto de encuentro para todos los interesados en estos juegos, que han notado que son muchos. Las casas particulares se quedan pequeñas, no siempre hay disponibilidad, y sueñan con ese espacio propio. Están reuniendo todos estos éxitos en un dosier con buenos argumentos para efectuar la solicitud al Ayuntamiento.

«Se está creando y se está expandiendo esta comunidad y sí existe esa inquietud por juntarse y nos falta dónde, un lugar de reunión. A veces, hay gente que se queda descolgada porque no hay un punto al que pueda ir y ver a otros jugadores. Es una de las batallas que tenemos», explican sabedores de que antes de pedir deben darse a conocer y las partidas en las viviendas no son la manera. «Es complicado, pero estamos en ello», concluyen y esperan reunir los argumentos definitivos tras la celebración de las cuartas jornadas.