Un día resta para la apertura oficial de la décimo novena exposición de Las Edades del Hombre, que acogerán las iglesias de Santa María y San Juan de Aranda de Duero e inaugurará la Infanta Doña Elena de Borbón. Para llegar a ese momento, que se producirá a las 11:30 horas de mañana martes, han pasado muchos meses de trabajos previos, decisiones, adjudicaciones de obras y ejecución de las mismas para preparar de la mejor forma posible la ciudad.
El Ayuntamiento de la capital ribereña se ha volcado con el casco histórico, donde se encuentran ubicadas las dos sedes de la exposición de arte sacro y cuyas calles acogerán el mayor número de visitantes, en cuyo entorno se ha llevado a cabo la mayor inversión. La reurbanización de las vías más céntricas, que han tomado carácter peatonal para ganarlas para los viandantes, ha supuesto la mayor inversión de las arcas municipales, superando los 2’6 millones de euros, a los que hay que sumar los 220.000 euros de inversión que supondrá el sistema de control de apertura de los pivotes que empedirán el paso de vehículos a lo que hace seis siglos era la zona amurallada de Aranda.
Estos trabajos de peatonalización están aún sin culminarse en el entorno posterior de las sedes de la muestra, ya que las abundantes lluvias del pasado invierno han retrasado las obras en el entorno del emisario del río Bañuelos, en el que la Junta de Castilla y León ha invertido 550.000 euros, a los que hay que sumar de las arcas regionales los 850.000 euros aportados para la restauración interior de la iglesia de Santa María, incluido el retablo mayor, y los 1’2 millones de euros con los que ha colaborado con la Fundación de Las Edades del Hombre para el montaje y la promoción de la muestra.
Otra de las inversiones más importantes que se han realizado son las tendentes a dotar a Aranda de un número importante de plazas de aparcamiento para acoger a los visitantes que acudan a ver Eucharistia. Las cifras hablan de las 280 plazas que se han habilitado en la calle Ruperta Baraya, con un coste de 55.000 euros, o las 260 de las eras de San Gil, que ha supuesto un gasto de 45.000 euros, junto con los 16.000 del acondicionamiento de otro solar en la calle Langen. En cuanto a las mejoras del tráfico, también se pueden contabilizar los cerca de 60.000 euros que se han invertido en abrir una nueva salida para el aparcamiento de la plaza de la Ribera hacia la calle Pedraja, con el fin de descongestionar el tráfico en la calle de La Sal.
La suma de partidas de inversión para acoger la muestra de Las Edades del Hombre estaría incompleta si no se incluyesen los 166.000 euros que pagó el Ayuntamiento de la capital ribereña por los derechos del 42% del edificio que se iba a construir en el número 17 de la plaza de Santa María, en el que el Consistorio tenía la intención de ubicar el centro de recepción de visitantes. Los problemas para poner de acuerdo a los demás propietarios del solar, que debe mantener el muro blasonado por orden de la Comisión de Patrimonio de la Junta, ha impedido que la construcción del nuevo edificio se realice, por lo que el dinero invertido en esa parte del solar se ha quedado inmovilizado y ha obligado a que ese hueco en el entorno urbanístico del centro arandino se haya cubierto, junto con otros dos solares, con unas lonas microperforadas que simulan distintos edificios.
Otras inversiones que se suman al desembolso de las arcas municipales de cara a mostrar la mejor imagen de la capital ribereña para los visitantes a la muestra Eucharistia es la aportación para la puesta en marcha de las visitas teatralizadas al centro de la capital ribereña, con el plano de 1503 como elemento vertebrador, que se van a desarrollar diariamente, menos los lunes, hasta que se cierre la exposición. El Ayuntamiento ha contratado este servicio con una empresa local por 31.000 euros y la asistencia a las mismas será gratuita para todo aquel que quiera acudir.
Una suma importante de euros que las autoridades municipales esperan que repercutan de manera favorable en la promoción y conocimiento de Aranda de Duero para lograr que sea una visita ineludible.