Agosto es, hasta la fecha, el mes del año con mayor número de personas atendidas en los servicios de Urgencias de los tres hospitales públicos de la provincia: 17.413, según datos oficiales de la Consejería de Sanidad. Eso significa que el mes vacacional por excelencia, la época de más calor y menor incidencia de virus respiratorios, ha conseguido desplazar a enero, febrero y marzo como la temporada de mayor trabajo para los urgenciólogos. Ahora es el verano, dado que julio también concluyó con un volumen elevado de consultas (16.780 en toda la provincia, casi idéntico al de marzo). Esta situación tiene distintas causas, entre las que no se puede obviar el creciente impacto del turismo.
Así lo indican los datos oficiales, que permiten comprobar que el número de urgencias en las que los pacientes tenían tarjeta en centros de salud ubicados fuera de Burgos se multiplica en los meses de julio y agosto. De hecho, la presión en los respectivos servicios del HUBU, del Santiago Apóstol y del Santos Reyes ya aumenta algo más del 7% en los dos meses álgidos de veraneo, con respecto a la registrada durante todo el invierno. Algo que se aprecia, sobre todo, en la capital y en La Ribera, ya que, aunque en el hospital de Miranda también hay variación en el número de pacientes de fuera, es menos acusada.
El alza estival de las urgencias protagonizadas por personas de fuera de la provincia no es algo nuevo y, de hecho, es lógico que en la época en la que los pueblos se llenan de veraneantes procedentes de otros puntos de España haya mayor demanda de asistencia de estas personas en todos los recursos sanitarios. Más llamativo es, sin embargo, que agosto supere a enero, febrero y marzo en número de urgencias. Porque es obvio que en julio y agosto hay más trasiego de personas que no son de Burgos por la provincia, pero también esa es la época en la que los burgaleses se mueven. Y, sin embargo, quienes acuden de otros lugares no solo cubren 'el vacío' que dejan los oriundos en las salas de espera, sino que la información oficial evidencia que ya demandan más asistencia de la que suele ser habitual en épocas poco o nada turísticas y típicamente trabajosas en las Urgencias por la presión de la gripe y otras patologías respiratorias. Es decir, que los veraneantes no solo mantienen la carga asistencial en las Urgencias, sino que la incrementan.
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