El precio de las materias primas, del gas natural, la subida del euríbor, la incertidumbre que rodea a la construcción de cara a 2023 o la caída de las ventas. Esas son algunas de las razones que han llevado a la dirección de Cerámicas Gala a plantear al comité de empresa una prórroga del Expediente de Regulación de Empleo Temporal que vence el 10 de enero.

El ERTE en vigor, que se lleva aplicando desde finales de año, afecta a 217 de los 307 empleados que el fabricante de equipamiento para baños tiene en su factoría de Burgos. La extensión tal y como desea la compañía, afectará a ese mismo número de trabajadores, con una implicación diaria de en torno a 60 o 70 personas. De pactarse de nuevo estas condiciones, alrededor de una cuarta parte de la plantilla se quedaría a diario en su casa. La nuevo fecha tope se pasaría al 10 de abril, es decir, 90 jornadas laborales en total.

«La valoración no es positiva. Entendemos que las causas que nos esgrimen ahora no son las que alegaron cuando se presentó el ERTE», indican desde el comité de empresa. Tras el verano Cerámicas Gala planteó un expediente basándose en la saturación de sus almacenes y la lenta salida del estocaje. Es ahora, meses después, cuando desde CCOO y UGT aseguran que los niveles han caído por debajo incluso de lo que buscaba la compañía. «Están por debajo de lo que ellos presumían que era asumible», indican (...).

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