Los cartujos no cobran entrada por recorrer el monasterio para no negar a nadie la visita. El donativo que los turistas dejan de manera voluntaria o adquiriendo a 1 euro el folleto que sirve de guía es el ingreso que obtienen por abrir al público esta joya del gótico final, de la que destaca el sepulcro de los reyes Juan II e Isabel de Portugal que firma Gil de Siloé y el retablo del mismo autor.

Antes de la pandemia pasaban por el monasterio una media de 70.000 personas, llegando hasta las 79.000 en 2019, su cifra récord. Este año, por fin, vuelven a los datos previos a la covid-19 (en 2022 se quedaron en 68.000 turistas) y terminarán el ejercicio superando esa media, ya que la han alcanzado a falta de sumar las visitas de lo que queda de diciembre.

Si lo comparamos con 2022, La Cartuja consigue aumentar todos los meses salvo en agosto (que hubo una largísima ola de calor) y  noviembre, y deja una notable aumento en aquellos meses que hizo mejor temperatura según la media de otros años: marzo y abril, con 1.500 visitas más respectivamente, y septiembre.

También aumenta la cifra de extranjeros que acuden a visitar el panteón real y obras destacadas como La Anunciación, de Berruguete; el tríptico flamenco de El Calvario; la Virgen con el Niño ubicada sobre la puerta de la clausura o la imagen de san Bruno, de Manuel Pereira. Han acudido 12.500 personas de fuera de nuestro país, 1.500 más que el año pasado. Proceden sobre todo de Francia, Estados Unidos e Italia.

La Cartuja abre todos los días, de 10:15 a 15 horas y de 16 a 18 horas, y los domingos y festivos desde las 11. Cierra Navidad, Año Nuevo y Reyes (solo abre en horario de misa) y por la tarde el 24 y 31 de diciembre y el 5 de enero.