Ocurrió el pasado 22 de octubre. La Guardia Civil localizó a 38 kilómetros de Madrid un camión sustraído ese mismo día en el polígono de Villalonquéjar tras culminar con éxito un rápido dispositivo que contó con la ayuda de la colaboración ciudadana. El delito se resolvió a tiempo, pero la Benemérita mantiene alta la guardia para actuar ante este tipo de situaciones «residuales» aunque habituales cada cierto tiempo.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial es la encargada de seguir el rastro de los vehículos robados y su experiencia es clave para controlar estos actos delictivos. Los agentes especializados destacan que, en la mayoría de los casos, se enfrentan a bandas itinerantes con base en Madrid o en Barcelona y con una gran destreza en sus maniobras. «Es su modo de vida», explican.

«No nos consta que estén asentados en Burgos», aclaran después, para destacar que estos profesionales prefieren instalarse en grandes núcleos de población rodeados de un amplio nudo de comunicaciones a buscar acomodo en capitales medianas.

Al fin y al cabo, los ladrones se mueven por las principales vías del país en busca del momento oportuno y del vehículo adecuado para cometer el delito. Aquellos que se centran de forma exclusiva en sustraer la mercancía cuentan con una avanzadilla encargada de realizar las catas (agujeros en las lonas para ver el interior).Si la recompensa es jugosa, se da el aviso para limpiar el vehículo. «Entonces llaman a otros individuos y en poco tiempo desvalijan lo que pueden», explican en la Policía Judicial de la Guardia Civil.

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