El matadero de Incarsa seguirá desarrollando su actividad en Villalonquéjar y, a medida que avanza la negociación con los trabajadores, se descarta que el ERE presentado con los 44 despidos se haga realidad. Los gestores tienen en sus manos una propuesta planteada por el comité de empresa para garantizar la viabilidad de la actividad, aceptando 17 salidas con unas indemnizaciones mejoradas y una flexibilidad de 145 horas al año para responder a los picos de actividad en el complejo cárnico.
Los representantes de los trabajadores, liderados por CCOO, confían en que el próximo lunes se logre el 'sí' definitivo que despeje todas las incertidumbres abiertas tras el anuncio del ERE hace un mes. Son semanas de negociaciones sin movilización buscando la mejor salida para ambas partes.
La última propuesta, presentada esta semana, plantea la continuidad de la actividad de sacrificio en Villalonquéjar con 27 empleados. Para los 17 que extinguirían sus contratos se pide una indemnización mejorada de 22 días por año trabajado en una anualidad.
Los trabajadores aceptarían la aplicación de una flexibilidad de 145 horas al año, que sumarán o restarán de acuerdo a la carga de trabajo que haya en cada momento.
Respetando lo pactado en el convenio colectivo del sector, la empresa no podrá disponer libremente de esta bolsa de horas a su interés, sino que deberá de respetar unos criterios temporales que velen por el respeto a la conciliación de la vida profesional y familiar de la plantilla.
Así, la flexibilidad horaria solo se puede aplicar tres días a lo largo de la semana y su uso será alternado dependiendo de si es sumando horas de trabajo o reduciéndolas. El tope máximo son las 145 horas al año y tanto gestores como trabajadores las aplicarán respetando los criterios propuestos, con el fin de que los afectados sepan exactamente cuáles son sus tiempos de trabajo.
El próximo lunes, los trabajadores esperan alcanzar un acuerdo.