Pese a que la defensa de José M. G. pedía que se le absolviera de los delitos de detención ilegal en grado de tentativa y de lesiones por los que fue condenado a un año y siete meses de cárcel, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado su recurso y ha confirmado íntegramente la sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos. Los magistrados han tenido en cuenta que, si bien es cierto que la mujer de Miranda que fue encadenada y golpeada por este sujeto manifestó un testimonio con varias contradicciones debidas a su condición de drogodependiente, en todo momento mantuvo «el relato esencial de los hechos».
Según figura en la primera sentencia, que ahora ha sido confirmada, ha quedado probado que José M. G., quien ya estuvo en prisión por retener y agredir a una niña en 2015, se topó con su última víctima el 19 de noviembre de 2023, cuando ella acudió a la vivienda que este okupaba a recoger ropa de su prima, quien había sido pareja del ahora condenado. Al día siguiente se volvieron a topar por la mañana y él la ofreció acercarla al centro en su coche, pero se desvió a su casa y, una vez en el domicilio, empezó a acusarla de haber robado el teléfono de un amigo durante su visita al inmueble el día anterior. En ese momento, el varón la golpeó varias veces en el rostro y la colocó tanto un candado como una cadena en el cuello, aunque la mujer logró salir al patio de la vivienda ubicada en el barrio de Las Matillas y se personó en el cuartel de la Guardia Civil. Allí los agentes vieron que tenía marcas de golpes en un ojo y, poco después, en el Hospital Santiago Apóstol los servicios sanitarios no solo observaron esas lesiones sino también la cadena en la garganta.