La farragosa tramitación y los plazos, además de la 'biblia' para las administraciones públicas, son de obligado cumplimiento para las instituciones, sin posibilidad alguna de hacer un mínimo movimiento, y por eso en ocasiones se producen situaciones como mínimo curiosas, aunque tal vez sea más apropiado utilizar el término sorprendentes. La última la vivida en la mañana de ayer en el Palacio Provincial, en una sesión plenaria que duró exactamente quince minutos por lo que las arcas provinciales realizará un desembolso que rondará los 5.000 euros, cantidad que se repartirán 17 de los 25 diputados, los que no tienen dedicación exclusiva o parcial.
La asistencia a las sesiones plenarias, desde el principio del mandato y con independencia de sus duración, está fijada en 275 euros. Ayer el pleno duró exactamente quince minutos, es decir por cada uno de esos minutos los 17 corporativos percibirán 18 euros, sin contar con la posibilidad de cobrar kilometraje o dietas, aunque la sesión se celebró a las once de la mañana y no era necesario comer.
El motivo para convocar este sorprendente pleno extraordinario, el último del año, no fue otro que aprobar la «propuesta de inadmisión de la alegación presentada por Ismael Alonso Arnaiz, en representación de la Asociación de Pueblos Olvidados, contra el acuerdo del Pleno de la Corporación Provincial de fecha 21 de noviembre de 2022, relativo a la aprobación inicial del Presupuesto General de la Diputación Provincial para el ejercicio de 2023 y consiguiente propuesta de su aprobación definitiva con la adecuación orgánica que se expresa en la propia propuesta». Es decir no admitir, como sucede ejercicio tras ejercicio desde hace años, las recurrentes alegaciones de Pueblos Olvidados porque no se ajustan nunca a la Ley de Hacienda Locales y la institución provincial, al ser alegaciones políticas, no entra ni tan siquiera a valorarlas.
Este era el único punto del orden día, además de aprobar el acta de la última sesión celebradas, la del día uno de este mes, aunque llevaba sorpresa: aprobar definitivamente el Presupuesto de la Diputación para el próximo año, que asciende a 146, 8 millones, la plantilla presupuestaria y la autorización de ejecución del mismo, cuestiones que aunque fueran en un mismo punto se votaron por separado, dando lugar a la intervención de los portavoces de los grupos, lo que 'alargó' el pleno hasta los quince minutos porque la sesión se podía haber despachado en cinco.
«Algunas cosas nos cambian y otras lo hacen muy despacio», manifestó David Jurado, portavoz del GrupoSocialista, quien recordó que llevaba «ocho años pidiendo que la votación de este punto fuera por separado y por fin se ha podido hacer», aseguró. Además de esta crítica hacia el equipo de gobierno de PP y Cs,Jurado insistió en que «lo mejor de estos presupuestos provinciales es que son los últimos del mandato» y también declaró que «no son los presupuestos que la provincia necesitan, son los mayores de la historia, pero de poco servirán si no se ejecutan».
No opinó lo mismo el presidente de la Diputación,César Rico, que incidió en que son los «mayores» presupuestos de la historia de la institución, «lo que obliga al equipo de gobierno a poner toda nuestra sapiencia para ejecutarlos» e insistió en afirmar que «son unos buenos presupuestos». En el mismo sentido se manifestó la portavoz del Cs, Laura Puente, quien los calificó de «buenos, inversores para la provincia, continuistas y que no dejan atrás a nadie».
La rápida votación no deparó sorpresas: 13 a favor, 11 en contra y 1 abstención, y acto seguido el presidente, tras felicitar el nuevo año, levantó la sesión porque al ser extraordinaria no ofrece la posibilidad de hacer ruegos y preguntas. En definitiva, otro pleno que no pasará a la historia por su contenido.