Incarsa cuadra su viabilidad sacrificando a 17 trabajadores

G. ARCE / Burgos
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El matadero gestionado por carniceros burgaleses presentó un ERE para toda la plantilla y amenazó con su cierre para forzar unas salidas que se formalizarán antes de final de año

Los mataderos necesitan de mano de obra cualificada para trabajos que requieren gran destreza. - Foto: Valdivielso

En apenas un mes, Incarsa ha pasado de la presentación de un ERE con 44 despidos que suponían su cierre definitivo, a aceptar 17 extinciones de contratos y modificar las condiciones de trabajo de los 27 empleados que se han salvado de la criba. En un mes, al parecer, las cuentas de los carniceros de Burgos que gestionan asociados estas instalaciones en Villalonquéjar han cuadrado y su principal cliente ha comprometido carga de trabajo, el ganado suficiente, para alimentar el matadero.

Sin dejar de felicitarse por un acuerdo que preserva al máximo posible los empleos, en la sede de los sindicatos se ha cuestionado estos días la necesidad de poner en riesgo a una empresa histórica de Burgos y a sus 44 familias con la presentación formal del ERE más extremo, en el que no queda nadie, para conseguir otros objetivos diferentes, que no son la extinción total de la actividad como se presumía. Estamos ante el ERE de extinción más grave presentado ante la Autoridad Laboral en lo que va de año.

Si la estrategia adoptada por el matadero cunde entre el resto de industrias, reflexionan en la sede de los trabajadores, la paz social en la economía provincial se va a ver seriamente comprometida. La estrategia del miedo no puede primar sobre el diálogo, por muy compleja que sea la situación en una empresa.

Tras el acuerdo definitivo firmado el pasado lunes y respaldado por 24 votos en la asamblea de empleados, es seguro que 17 trabajadores de diferentes secciones irán a la calle en lo que resta de año. No son voluntarios y se les abonará 22 días por año trabajado hasta un máximo de doce mensualidades y todos ellos pasarán a una bolsa de empleo a la que el matadero recurrirá en los picos de actividad.
Para cubrir esos picos ya se ha acordado una bolsa de 145 horas anual que sumarán o restarán de acuerdo a la carga de trabajo que haya en cada momento.

Respetando lo pactado en el convenio colectivo del sector, la empresa no podrá disponer libremente de esta bolsa de horas a su interés, sino que deberá de respetar unos criterios temporales que velen por el respeto a la conciliación de la vida profesional y familiar de la plantilla.

CCOO, el sindicato que ha estado al frente de unas negociaciones que siempre han defendido la viabilidad de esta empresa, recuerda que el trabajador de un matadero requiere de una cualificación y unas destrezas que no se exigen para otros puestos. Como todos los sectores, la mano de obra especializada es muy escasa y cobra un especial valor en estos tiempos.