Cinco de los seis bomberos voluntarios del parque de Espinosa de los Monteros han decidido plantarse después de dos años sin recibir compensación alguna por su labor. Calculan que se les adeudan alrededor de 5.000 euros a cada uno de ellos por una media de 15 salidas anuales. Alzan la voz públicamente porque quieren que la ciudadanía conozca su situación y comprenda su ausencia, en caso de que se produzca un incendio, pero ya hace muchas semanas que trasmitieron por escrito al Ayuntamiento espinosiego su decisión de dejar de atender el teléfono de guardia en caso de emergencia. Se ocupaban de forma directa de 56 localidades de Espinosa, Montija y Sotoscueva.
Tanto los bomberos voluntarios, como el alcalde espinosiego, Raúl Linares, responsabilizan a la Diputación Provincial del impago de las gratificaciones acordadas en el convenio que en 2021 suscribieron el Ayuntamiento espinosiego y la institución provincial. La Diputación se comprometió mediante a desembolsar 34.000 euros anuales, pero no lo hizo en el último trimestre de 2021, ni tampoco lo ha hecho al cierre de 2022. Por este motivo, el Ayuntamiento no ha entregado a los bomberos cantidad alguna en todo este tiempo y ha tenido que asumir los gastos básicos de mantenimiento del parque, como el pago de las facturas de electricidad o el gasóleo del camión autobomba.
La deuda con los voluntarios se saldará cuando la Diputación transfiera el dinero que debe al Consistorio, un problema que según el regidor espinosiego afecta, no solo al parque de bomberos de su municipio, sino a los 19 parques de la provincia «con los que está incumpliendo el convenio». «Un problema entre la Intervención de la Diputación, que no ve claro abonar dinero a personas voluntarias, y el Servicio Provincial de Fomento» está en el origen de esta situación, según el regidor, quien asegura que ha llamado varias veces cada mes a la Diputación durante todo el año reclamando una solución. «Las dificultades de pago ya existían, pero ahora se han agravado», añade.
Raúl Linares comprende la postura de los bomberos, «por el esfuerzo que hacen de estar de guardia 24 horas localizables una de cada tres semanas» y destaca que el de Espinosa es un «grupo estable que siempre acude a todas las llamadas». En el gravísimo incendio que entró en el Valle de Mena desde Balmaneda el pasado octubre, el alcalde espinosiego destaca que, «si no llega a ser por nosotros, se queman dos casas en Bortedo».
Una baja. «Hoy estamos de guardia en la comarca los sanitarios, la Guardia Civil y los bomberos, pero en dos años no hemos visto un duro», se lamentan lo voluntarios de Espinosa, un equipo formado por tres parejas de conductor y manguerista. El impago continuado de las gratificaciones o dietas ha causado también la baja de uno de los conductores, Pablo Fernández-Vallejo, que a principios de diciembre decidió dejar su puesto.
Así, ahora solo quedan teóricamente cinco bomberos. Entre los que han decidido iniciar esta especie de huelga se cuenta uno de los más veteranos, Ricardo Fernández, quien admite tras 12 años de voluntario que «hemos ido cobrando, pero hemos tenido problemas todos los años». «Hace tres años nos pusieron al día y ahora volvemos para atrás», lamenta. A su lado Francisco Fernández, con 8 años de experiencia, también muestra su malestar, porque «los funcionarios no se ponen de acuerdo para pagarnos, pero el teléfono que suena a las cinco de la mañana es el mío». Rubén Tudanca y José Ramón Idígoras, que se sumaron en 2020, temen, como el resto, que cuando cobren todo junto, Hacienda les penalice al realizar la declaración de la renta.