Javi Rodríguez llegó a Burgos en 2019. Apenas era un chaval que destacaba en la tercera categoría nacional y con el UBU San Pablo consiguió el ansiado salto a la segunda, la División de Honor Plata. Una vez club y jugador se asentaron en ella, el lateral jiennense inició una aventura en Ibiza a la que puso fin el pasado verano para regresar a El Plantío. Decidió volver al proyecto cidiano sin saber en qué categoría iba a jugar... le daba igual. No jugará en la élite este curso, pero tiene todas las ganas del mundo por hacerlo el próximo: «Llama la atención jugar en Asobal, es un sueño, pero creo que dar tú mismo el salto es incluso mejor», afirma. Y el UBU San Pablo va por el camino correcto. Es líder en solitario tras nueve jornadas con un Javi Rodríguez destacado (28 goles).
Ha estado tres años en Ibiza, ¿cómo ha sido el regreso?
Muy bien. Haber estado ya aquí me ha facilitado todo bastante. Cuando estuve el entrenador era Nacho (González) y estábamos en Primera Nacional. Ahora está Roi (Sánchez), un cambio de entrenador que implica millones de cambios, sobre todo en la pista. Eso sí, me he adaptado genial. Encajo en su estilo de juego y creo que es una persona que integra e incluye a todos. Pone las cosas fáciles. Estoy muy contento.
¿Cómo surgió esta segunda oportunidad en Burgos? ¿Le llamó el propio Roi?
Hablé con Roi y con el director deportivo, Marcos (Martínez). Además, mantenía relación con algunos jugadores con los que ya coincidí en Burgos, como Javi Espinosa, que también jugó conmigo en Ibiza, o los que luego se fueron a Aranda, como Tamayo, Dalmau (Huix) o Alberto (Pinillos). Guardaba un buen recuerdo de Burgos. Me han llamado otros clubes estos años y mi pareja siempre sabía que seguiríamos en Ibiza. Eso sí, cuando le dije que me había llamado Burgos de nuevo supo que había una mudanza detrás. Siempre he tenido esa chispa con Burgos... (piensa). No sé, no sé qué es. Este club, esta ciudad... pero tengo esa chispa.
Tuvo entonces otras ofertas el pasado verano.
Sí, me llegó de todo un poco. De equipos de Asobal, alguno, pero sobre todo de otros de División de Honor Plata.
Siempre he tenido esa chispa con Burgos, con el club y la ciudad»
Fabrizio Casanova, otro de los fichajes, se comprometió con el club sin saber en qué categoría jugaría, ¿su situación fue la misma?
Sí. Yo hablé con el club antes de la última fase de ascenso. Lo dejé todo hablado antes de ello y, tanto si ganaban como si perdían, iba a venir. Evidentemente llama la atención jugar en la Asobal, es un sueño, pero creo que dar tú mismo el salto es incluso mejor. Que te renueven, que confíen en ti sabiendo lo que eres ya desde dentro... me gustaría jugar en Asobal, pero siempre he sabido que Burgos era un destino perfecto para mí y que iba a estar cómodo.
Veo que a Roi y Marcos no les costaría mucho convencerle, pero ¿qué es lo que más le llamó la atención del proyecto para regresar?
La ambición. El club quiere ir siempre a más y nunca baja de marcha. Aunque siempre hay algún día que te apetece menos entrenar, yo tengo un carácter por el que no puedo ir al 80%. Pronto me motivo y lo doy todo, y creo que el club va en esa misma línea. Cuadramos a la perfección en ese aspecto.
El inicio de esta etapa está siendo como esperaba, ¿no?
E incluso mejor. Esperaba un buen arranque, pero no que fuésemos líderes en solitario antes de las diez primeras jornadas. Venía sabiendo que este es un proyecto para estar arriba, para pelear por todo hasta el final, pero está yendo genial y no solo en la tabla. Las sensaciones en el vestuario son muy buenas, hay mucha alegría.
¿Qué te has encontrado en el vestuario? ¿Te ha sorprendido algo o alguien?
Me ha sorprendido que ya en la primera o en la segunda semana la gente estaba suelta. Al haber tanto cambio, suele haber más gente introvertida, pero esta vez no. Parece esto un cuento de hadas, pero de verdad es que lo siento así. O igual es que no me ha dado tiempo aún a ver algún problemilla (ríe).
Esperaba un buen inicio, pero no ser líderes en solitario antes de las primeras diez jornadas»
¿Ha cambiado mucho el Javi Rodríguez que llegó al UBU San Pablo en 2019 y el que regresa tras cinco años?
Noto que tengo mucha más madurez que entonces. Era un veinteañero que llegó con mucha hambre y que una vez me fui, empecé a llevarme cositas a la mochila. Ahora que he vuelto noto que he cambiado yo. En la pista antes jugaba en la izquierda y ahora más en la derecha. Hace unos años igual me hubiera frustrado, ahora pienso que el entrenador manda, es el que sabe y si piensa que ahí aporto más, lo asumo.
¿Le sirve la experiencia en Ibiza, donde no estuvo cerca de ascender, para valorar más el presente?
Con esas experiencias se madura. El curso pasado con el Ibiza estuvimos en el pozo desde antes de Navidad. Yo le doy mucho valor a ir líderes en solitario. Hacía mucho tiempo, de hecho desde que estaba en Burgos, que no iba líder en una tabla. Lo valoro, pero tampoco me vengo arriba. Ahora sé que no hay que llegar, hay que mantenerse.
Estarán ya enfocados en esa visita a Ciudad Real del próximo domingo.
Sí, será un rival duro. Jugó la última semifinal de la fase de ascenso contra Aranda y perdió de uno. Ha hecho un plantillón increíble con gente del Guadalajara, que subió la temporada pasada. Son jugadores que saben lo que es subir, que tienen nivel. Vamos a morir. Esta semana estamos muy focalizados, aunque tampoco hay que pasarse de estrés y de tensión. No hay que jugar encogidos y eso Roi lo sabe. Cuando tiene que apretar, aprieta... y cuando tiene que restar, lo hace para que fluya mejor la cosa. Los propios jugadores ya sabemos la importancia que tienen estas semanas. Si jugamos como sabemos tendremos opciones.