La primera que sacó a relucir el interés generalizado porque se produzca la transferencia de Santa María de Garoña a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos S.A. (Enresa) fue la alcaldesa del Valle de Tobalina, Raquel González. En el inicio del Comité Local de Información de Garoña celebrado ayer en Quintana Martín Galíndez la regidora admitió que «estamos deseando que se produzca la transferencia para firmar los convenios de colaboración con Enresa que permitirán generar inversiones y proyectos de desarrollo».
La autorización de transferencia será simultánea a la de la primera fase de desmantelamiento de tres años de duración y la respuesta a la pregunta del millón la dio José Luis Revilla, jefe del área de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), quien avanzó, que si no se produce ninguna incidencia de última hora, el CSN emitirá sus preceptivos informes «el mes que viene».
Con ellos, el Ministerio para la Transición Ecológica ya podrá autorizar la transferencia y el desmantelamiento de la planta, dos cuestiones solicitadas en junio de 2020, hace casi tres años.
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