Una familia reivindica la figura de la enfermera escolar

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Solo el centro de educación especial Fray Pedro Ponce de León cuenta con estas profesionales. El Colegio de Enfermería exige su implantación para dar atención a todo el alumnado

Elsa Martínez y Diego Burgos, con el pequeño Leo ante el colegio La Salle, donde lo quieren matricular en marzo, pues allí estudian sus dos hermanos. - Foto: Luis López Araico

«¿Por qué una gran empresa tiene una enfermera para la atención de los trabajadores y un colegio, que a veces puede tener más estudiantes, carece de este perfil profesional? Esta es la pregunta que se hacen Elsa Martínez y Diego Burgos, cuyo hijo Leo, de 17 meses, debutó hace menos de un mes con una diabetes que le hace ser dependiente de la insulina que debe serle administrada varias veces al día y cuya ingesta debe ser supervisada permanentemente. Esta pareja, que aún está aprendiendo a manejar la enfermedad del niño con la ayuda de los profesionales del HUBU, ha pensado en el futuro y como en marzo del año que viene va a inscribir a Leo para que empiece en el colegio en el aula de dos años, pedirá a la Consejería de

No se entiende que se exija una profesional a las grandes empresas y no a los colegios»

Educación que el centro que ha elegido, La Salle, pueda tener una enfermera que atienda sus necesidades.
Para apoyar esta demanda y dar a conocer la situación en la que se encuentran las madres y los padres de niños con diabetes, muchos de los cuales tienen que dejar de trabajar para poder ir y venir del colegio todas las veces que la condición de su hijo lo haga necesario, Elsa y Diego han recurrido a Change.org (https://www.change.org/p/enfermer-escolar-en-burgos-ya) donde recogen firmas que arropen la demanda a Educación. «Ahora mismo tenemos que inyectarle insulina no menos de cinco veces diarias porque su nivel de azúcar presenta muchos altibajos y hay que estar muy pendiente. Nos dijeron en el hospital, donde estuvo en la UCI infantil tres días y dos semanas en planta, que no es frecuente que un niño tan pequeño tenga diabetes pero así han ido las cosas y ahora estamos aprendiendo a gestionar su enfermedad», indican estos jóvenes, que tienen otros dos hijos de 6 y 3 años.

A sus 17 meses Leo ya tiene reconocida una incapacidad del 33%, argumento que exponen sus padres para evidenciar que la petición de una enfermera escolar es justa. «Hay niños con otras enfermedades con grados de discapacidad similares al de nuestro hijo a los que se les ha facilitado un apoyo en el aula, lo que se conoce como profesionales de pedagogía terapéutica para la ayuda y la mejora de su vida en el centro escolar. En el caso de nuestro niño necesitamos que su colegio tenga una enfermera».

La intención de ambos es que el próximo curso lo empiece en el mismo colegio donde ya están escolarizados sus hermanos, La Salle, cuya directiva apoya esta reivindicación pero, explican los padres, se encuentran con «la dificultad de conseguir la financiación necesaria para poder implantar este nuevo puesto de trabajo». El centro les ha comentado ya que no puede asumir ese coste: «Por eso pedimos a la Consejería de Educación de Castilla y León y a la Dirección Provincial de Educación de Burgos que nos ayuden a incorporar una enfermera en el colegio», explican, y así lo indican en su petición en Change.org, que ha alcanzado ya el millar de apoyos.

No se conocen las causas de la aparición de la diabetes tipo 1, un trastorno autoinmune, es decir, por el que el organismo se ataca a sí mismo por error y destruye tejidos sanos. Parece que una infección o algún otro desencadenante hace que el cuerpo vaya en contra de las células beta productoras de insulina en el páncreas y esto ocurre al año en España en alrededor de 1.500 niños y adolescentes menores de 15 años. Los principales síntomas son tener una sed fuera de lo normal y orinar demasiado.

En el pequeño de Elsa y Diego estos signos aparecieron al final del verano, por lo que en un principio los achacaron a las altas temperaturas, pero siempre con una duda razonable de que al niño le pudiera estar pasando algo. Aconsejados por una amiga pediatra le hicieron una glucemia y cuando el aparato marcó unas iniciales que indican que el azúcar está tan alto que no se puede medir acudieron al servicio de Urgencias. En menos de media hora Leo estaba en la UCI.

A la hora de hacer la petición, estos padres ponen las luces largas y no demandan la enfermera solo para su caso particular sino que consideran que esta figura es vital para el bienestar diario de muchos niños con otras patologías como asma, epilepsia, celiaquía o alergias e incidentes como caídas o golpes que puedan ser atendidos en el momento en el propio centro.

La de la incorporación al sistema de salud de la enfermera escolar es una demanda histórica del Colegio Oficial de Enfermería de Burgos, cuyo presidente, Raúl Soto, ve «muy razonable» la demanda de estos padres y señala que la equiparación que hacen con respecto a las empresas de gran plantilla que tienen una profesional es la misma que se hace desde el Observatorio Nacional de Enfermería Escolar, una entidad creada en 2020 por el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España para sentar las bases de esta figura, que existe desde hace muchos años en Estados Unidos, Canadá y los países del norte de Europa.

Creemos que es una petición justa. Niños con otros problemas tienen apoyos en el aula»

Soto explica que en Burgos capital solo cuenta con tres profesionales el colegio de educación especial Fray Pedro Ponce de León y que se conoce la existencia de otras dos, una en Miranda y otra en Aranda, en colegios ordinarios. Se trata de cifras absolutamente insignificantes cuando las recomendaciones internacionales son de una profesional por cada 750 estudiantes en un colegio ordinario y cada 350, en el caso de la educación especial. Madrid es la comunidad en la que más enfermeras escolares hay y en otras como Andalucía, Cataluña, Murcia, Canarias y Baleares están incorporadas a través de los programas de salud escolar de Atención Primaria.

Con respecto a la comparativa con las grandes empresas, el presidente del Colegio de Enfermería recuerda que la Ley de Riesgos Laborales exige una enfermera por cada 500 trabajadores, por lo que tiene sentido preguntarse por qué no en los colegios. «No solo atenderían a niños con problemas de salud específicos sino que podrían hacer una labor importantísima en asuntos como la educación en primeros auxilios, formación sexoafectiva o prevención del suicidio o del acoso escolar».