Las obras de mejora de un tramo de la carretera CL-633, que une la localidad de Masa con Cornudilla pasando por Poza de la Sal, han comenzado. Tras años de protestas de alcaldes y usuarios habituales, la intervención en un recorrido de cinco kilómetros es ya una realidad. Sin embargo, la tala «desmesurada» de árboles que implica ejecutar el proyecto ha generado malestar entre un grupo de vecinos, que denuncian que «se han llevado por delante incluso álamos blancos, una especie catalogada como árbol singular de la provincia de Burgos».
La intervención planeada por la Junta-propietaria de la infraestructura- implica la «eliminación de todo el arbolado existente salvo los ejemplares que se encuentran detrás de las barreras de seguridad para ganar en seguridad vial», expone a este medio el jefe de la sección de conservación y explotación, Luis Emilio García González. Mientras que el grupo que se opone a este hecho asegura que han «cortado especies que se encontraban en buen estado», García sostiene que «solo se ha actuado en los que no eran imprescindibles y resultaban peligrosos en caso de producirse un impacto contra ellos».
Asimismo, recalca que «había árboles que se encontraban literalmente pegados al aglomerado, prácticamente encima del firme».
Esta medida también ha provocado la indignación de los miembros de la Fundación Oxígeno, entidad impulsora de la creación en 2019 de un catálogo de árboles singulares de la provincia, un proyecto financiado por la administración regional y provincial, que recoge las 111 especies más especiales atendiendo a varios criterios, como su belleza, envergadura, historia, usos o biodiversidad. «Nos asombra que hayan decidido talar estos ejemplares de gran tamaño porque hay muy pocos en la península. En su día se plantaron bastantes en los márgenes de las carreteras y tienen un gran valor», expone Rubén Fernández. «Estamos en contra de la política de eliminación de alineaciones de árboles en las carreteras de manera asistemática y consideramos que deberían estudiar cada caso», añade.
El alcalde de la localidad, Domingo Núñez, aclara que desde el Ayuntamiento «no se puede hacer nada, ya que es una decisión que ha tomado la administración», y recuerda a los vecinos del municipio y otras localidades que «pueden recoger la madera de los árboles cortados». Si bien, José Tomás López, uno de los vecinos disgustados por lo ocurrido, expone que «la de los álamos blancos no porque se los han llevado en camiones». A su vez, manifiesta que «va en contra de la socialización y conservación del paisaje y no han tenido en cuenta el patrimonio natural que tenemos en la zona y en Burgos».