Un viaje transforma vidas

Ó.C. / Miranda
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Los mirandeses Abraham García y Marina Merino suman 88.000 kilómetros en más de 1.300 días de travesía en su furgoneta. 'Nomadexpedition' nació para ir de la Patagonia argentina hasta Alaska, pero ahora es mucho más que eso

Abraham y Marina, en las ruinas de Machu Picchu en Perú. / Reconocimiento de YouTube por pasar de 100.000 suscriptores. / Los dos mirandeses en El Salvador, con el volcán Izalco al fondo. - Foto: nomadexpedition

Los primeros metros recorridos con su furgoneta los dieron en la Patagonia argentina. Nomadexpedition arrancaba en enero de 2021, con la ilusión de atravesar una experiencia que no solo ha superado todas las expectativas, sino que ha cambiado la vida de dos mirandeses. Abraham García y Marina Merino han disfrutado y conocido desde entonces 17 países, acumulan 88.000 kilómetros en más de 1.300 días de viaje, pero sobre todo reconocen que han cambiado para siempre. Su llegada a Alaska, el objetivo con el que partieron, lo tienen previsto para el próximo verano, pero «cuando lleguemos seguro que no es un punto y final», afirman. Más allá de ese hito, se debaten entre dudas y certezas, pero avanzan que regresarán por Canadá y Estados Unidos para no dejarse nada que visitar.

Por lo tanto, seguro que añadirán kilómetros a su cuenta particular, en una vida transformada en aventura, alejada de toda rutina convencional. «Está claro que es lo mejor que hemos hecho en nuestra vida, pero de largo», asume Abraham, quien ensalza que «para mí lo que ha marcado el viaje es empezar por América». Marina expresa la misma sensación que su pareja, porque también considera que la apuesta salió cara y admite que aunque «hemos renunciado a un montón de cosas, porque nada en esta vida es gratis, lo volveríamos a elegir».

Ninguno de los dos duda, ni pese al calor que soportan en México, donde han detenido su mapa. En las playas del Caribe han añadido sus últimas postales, aunque más allá de los lugares que conocen, ambos destacan toda la hospitalidad recibida en estos años en América Latina, un territorio «que nos ha pegado fuerte», apunta Abraham. «Nos ha enamorado y conquistado el corazón», añade Marina. Por eso, indican que se han sentido como en casa pese a la distancia y han encontrado muchas más similitudes que diferencias con las personas con las que se han cruzado en su camino.

Ahora, se preparan para el cambio cultural que supondrá Estados Unidos. Cruzar esa frontera equivale a un gran salto que darán en febrero, cuando expira su permiso en México. Así acabará la América que habla su mismo idioma, una etapa «que no queremos dulcificar, pero no hemos tenido malas situaciones», aclaran. Sí que reconocen que mantienen precauciones y prudencia. «Siempre decimos que si quieres buscar un creador de contenidos de acción nosotros no lo somos, porque hemos venido para ir de Patagonia a Alaska», reconoce Abraham.

En verano de 2025 esperan concluir esta aventura pero casi prometen              que habrá más

 

En los años por la región sí que se han dado cuenta de que «es políticamente inestable en muchos aspectos y se nota que a veces todo está pendiente de un hilo», afirma Marina, quien menciona las crisis migratorias o el momento en el que fueron a entrar a Perú, pero no pudieron cruzar porque se cerraron las fronteras por un golpe de estado. Por eso tuvieron que meterse en Chile y volver a Patagonia, sumando kilómetros a una aventura que ya les había conquistado por completo.

En los más de tres años en ruta, en su día a día también han entrado las redes sociales. «A principios de 2022 empezamos a ganar lo suficiente con ellas para decir, puedo vivir en una furgoneta», reconoce Marina, quien añade que «es un trabajo porque hay que meterle horas, pero para nosotros es la combinación perfecta». La fuerza de sus seguidores hace que puedan financiarse, pero los dos puntualizan que ven cómo las redes «tienen mucho potencial, pero son muy esclavas y tienes que saber desconectar y por ejemplo no tenemos ninguna personal», aclaran.

A finales de 2021 realizaron la última visita a sus familias en Miranda. Ahora valoran regresar, aunque seguramente lo dejen para después de Navidad. Ellos seguirán en su hogar, su furgoneta con 333.000 kilómetros en la que han cambiado sus vidas.