La calle Las Murallas continúa cortada tras el derrumbe de una parte del talud en la madrugada del jueves al viernes y nadie se aventura a dar una fecha para su reapertura. Durante la jornada de ayer una excavadora de la empresa Alpesa, con la que el Ayuntamiento tiene un contrato de alquiler de maquinaria para apoyo a la Brigada de Obras, comenzó a retirar tierra de la ladera para evitar nuevos desprendimientos. El material se acumula en un solar de la parte superior para que los arqueólogos analicen los numerosos huesos que salieron a la luz tras el desprendimiento. En un primer análisis de los restos se ha confirmado que son de animales y también se han encontrado restos de cerámica medieval.
El concejal de Vías Públicas y Obras, Miguel Balbás, aseguró que se trabajará durante una semana o diez días hasta que se estabilice el talud y no haya nuevos derrumbes. «Se quiere dejar el talud con una inclinación correcta y asegurado. No sabemos el tiempo pero los técnicos estiman que los trabajos durarán una semana o diez días», indicó, al tiempo que no se pronunció sobre si se revisarán o no otras zonas de la ladera.
Los rellenos se están retirando y acumulando en la parte superior. Ayer la arqueóloga Fabiola Monzón comenzó su estudio, al que se sumará la tierra que cayó sobre la calle Murallas y que todavía no se ha retirado. «No se descarta encontrar restos humanos al ser una zona ocupada por los franceses durante la Guerra de la Independencia pero por ahora los que hemos hallado son de animales y trozos de cerámica medieval», afirmó, al tiempo que indicó que en el terreno arrastrado por la máquina también se comprobó que no existiera ninguna antigua edificación medieval.
El alcalde, Daniel de la Rosa, mantuvo ayer una reunión con técnicos de las áreas de Vías Públicas, Emergencias y Medio Ambiente y mantendrá otra antes del fin de semana para concretar los trabajos de consolidación de la ladera de la calle Muralla. «En el primer informe que ha emitido el jefe del Servicio de Medio Ambiente se pone de manifiesto que el derrumbe se ha producido como consecuencia de la acumulación en décadas de todo tipo de materiales y ahora con la sequía se han podido generar grietas que han desestructurado el talud y lo han desestabilizado» (...).
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