«Último año que me presento. Mi vida vale más que opositar»

B.G.R.
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La burgalesa Elvira Martín lleva una década como interina y espera que por fin pueda optar a una plaza fija de su especialidad, Servicios a la Comunidad

Elvira Martín Mediavilla lleva cuatro años impartiendo clase en ciclos formativos del Enrique Flórez. - Foto: Patricia

Medina de Pomar, León, Aranda, Soria y Burgos. Este es el periplo de la burgalesa Elvira Marín Mediavilla en sus 10 años como profesora interina de Servicios a la Comunidad. Los últimos cuatro lleva impartiendo clase en los ciclos de FP de la rama sociocultural en el instituto Enrique Flórez, después de haber pasado también por el Diego Marín Aguilera. Graduada en Educación Social y Pedagogía, confía en que este año se celebren las oposiciones de Secundaria para presentarse a su especialidad, que no se ha convocado desde 2010.

Lleva estudiando desde el año pasado, aunque ha sido en enero cuando ya ha adaptado su horario diario y el de los fines de semana a este fin para poder compaginarlo con las clases, reduciendo al mínimo su tiempo de ocio. «Lo estoy haciendo sin saber si habrá oposiciones porque no hay nada confirmado», subraya desde el convencimiento de que «este es el último año que me planteo presentarme porque mi vida vale mucho más que una oposición». Reconoce que de no conseguir plaza se quedaría como interina porque «ya he demostrado mi valía en estos 10 años», aunque en caso de lograrlo se ve con fuerzas e ilusión para afrontar la posibilidad de cambiar su residencia a otro punto de Castilla y León.

Su situación, al igual que la de muchos de sus compañeros, supone una «inestabilidad personal y profesional». En este sentido, critica que se conozca con tan poca antelación la asignatura que deben impartir el curso siguiente, ya que esto no sucede hasta principios de septiembre, mientras que, según agrega, en otras comunidad se comunica en el mes de junio. Sabe que su caso no es el único y a modo de ejemplo asegura que el 60% del profesorado de su departamento es interino, porcentaje que se ha incremento por las medidas anticovid, al igual que la carga de trabajo por los protocolos a seguir. «No hay respeto por el trabajo docente porque pretenden que una persona imparta cualquier materia, sobre todo en FP, con solo dos semanas para poder prepararla y programarla», precisa, al tiempo que sostiene que a la administración «no le interesa tener personal fijo porque así tiene la posibilidad de no pagar el verano a una parte de ellos». No obstante, se considera afortunadas porque no se encuentra en ese grupo al haber accedido a la plaza por el proceso de adjudicación de vacantes. 

Se ha presentado a concursos de oposición en tres ocasiones, aprobándolo en la primera ocasión pero sin poder conseguir puesto fijo porque no contaba con la suficiente experiencia y formación. Lo intentará de nuevo, después de que se suspendiera la convocatoria del año pasado por la pandemia, pero aboga por un cambio en el sistema de acceso, ya que «ahora solo se premia la capacidad de memorización» debido a que si no superas el examen teórico «no puedes demostrar los conocimientos prácticos que tienes».

De hecho, asegura que su temario data de los años noventa, «cuando estamos en la educación del siglo XXI», lamentando que todas las horas que tiene que dedicar al estudio son en detrimento de formarse  en «cuestiones más importantes» que poder después aplicar al ámbito docente. A pesar de todo, está en ello y distribuye su tiempo en dar clase por la mañana, ir a la biblioteca por la tarde y continuar en casa preparando la lección del día siguiente: «Es muy sacrificado».