Otros dos templos de la provincia de Burgos se han unido a la cada vez más amplia Lista Roja que elabora Hispania Nostra, que ya alcanza los 78 monumentos, y que significa que están a punto de colapsar. Se trata de la ermita de Santo Toribio, ubicada en Oña, y de la iglesia de San Julián, en Caniego, pueblo enmarcado en el Valle de Mena. Ambos se encuentran sometidos al riesgo de desaparición, de destrucción total y a la alteración esencial de sus valores.
El edificio de Oña todavía se mantiene en pie, incluida la cubierta, pero presenta múltiples problemas de humedades debido a las filtraciones que están dañando las pinturas murales de la cúpula y de los muros. La cubierta también se ha visto afectada por la vegetación y la portada de madera es reciente, aunque en la parte trasera de la ermita se ha creado un agujero para acceder. La construcción ha estado expuesta a diferentes actos de vandalismo y cuenta con una preocupante acumulación de residuos en su entorno, según explican desde Hispania Nostra.
Este templo forma parte de un conjunto de tres ermitas que servían de cobijo y asistencia a los monjes del monasterio de San Salvador de Oña. Presenta una doble compartimentación, siendo la principal de forma cuadrangular, construida probablemente entre los siglos XVII y XVIII, cuando podría haber adquirido la ermita la advocación de Santo Toribio. Su construcción sigue principios similares a los de las otras ermitas vinculadas al monasterio, siendo realizada a partir de una combinación de sillería y mampostería y cubierta con una bóveda vaída, que se traduce al interior en forma cuadrada. Eso sí, contaban todas ellas con un pórtico y reposaderos para descansar o cobijarse de la lluvia.
En cuanto a la iglesia de Caniego, la cubierta de la nave principal está visiblemente deteriorada y parte de ella colapsó. Es probable que lo que queda de la cubierta (unos 170 metros cuadrados) también acabe destrozada si no se interviene, pues la bóveda muestra signos de haber cedido y se intuye que la estructura de la cubierta está comprometida. Además, el interior está en muy mal estado, lleno de vegetación, escombros y suciedad generalizada. Ha sido vandalizada, gran parte del retablo de madera de nogal se ha perdido, así como el púlpito, el altar, los bancos y otros elementos.
El campanario anexo de este templo de Merindades muestra signos de deterioro y riesgo de derrumbe de la cubierta. Su escalera, a pesar de estar en mal estado, se encuentra funcional. El suelo no cuenta con estabilidad debido a filtraciones de agua, no hay puerta y las campanas fueron trasladadas. Construida en un alto, denominado Las Viñas, y junto a ella estaba ubicada la casa del cura. En las inmediaciones también se encuentra el edificio que sirvió de escuela, las ruinas del antiguo ayuntamiento y unas trincheras.
Hormicedo. La última iglesia que había entrado a formar parte de esta Lista Roja fue la de Hormicedo, a diez kilómetros al norte de Villadiego, como avanzó este periódico hace unas semanas. Desde los años 50 no vive nadie en esta localidad, aunque como municipio desapareció a finales del siglo XIX. Existe el temor de que en con los restos de la iglesia de Santa Julita y San Quirico ocurra lo mismo que pasó con la pila bautismal, que se trasladó hace algunos años a una plazuela en Villanueva de Puerta de la que ha desaparecido aparentemente sin dejar rastro, tal y como indica la organización en la ficha del inmueble. Así, el listado de la asociación ya incluye más de 1.300 monumentos españoles.