El incremento de los materiales, el uso de unas tablas de precios desactualizadas y el aumento de las dotaciones necesarias para la implantación de un campus de la UBU en Aranda se han sumado para generar una tormenta perfecta que ha dado como resultado que el coste de la reforma del centro cívico Virgen de las Viñas se ha triplicado. La empresa redactora del proyecto definitivo concreta la cuantía de esta reforma en 6,8 millones de euros, a los que habrá que sumar el valor del mobiliario necesario para que el campus de la UBU en Aranda entre en servicio.
El precio inicial de estas obras se calculó en 2,4 millones, por lo que se lograron 1,7 de ayudas de los fondos europeos. Los 610.000 euros restantes tenían que salir de las arcas municipales. Ahora con este sobrecoste, el Ayuntamiento de Aranda tendrá que aportar 5,1 millones de euros, una partida que es ocho veces más que la prevista. «Se podía haber pedido el coste real del proyecto, porque pagaban el 100%, pero si te iba a costar 1 y te va a costar 3, los dos restantes los pones tú», resume de forma sencilla el alcalde de Aranda, Antonio Linaje.
Es por este incremento de la inversión por parte de las arcas municipales por el que se ha paralizado el uso de los remanentes del año pasado, hasta ver cuánto iba a ser necesario para afrontar estos proyectos. «¿Por qué este año no hemos hecho reparto de remanentes? Porque son necesarios para cubrir el sobrecoste de las inversiones de fondos europeos. No en su totalidad, pero en un porcentaje grande de los remanentes va a tener que ir destinado al sobrecoste de estos proyecto», reconoce Linaje.
Aun así, este proyecto se tendrá que incluir en la lista de inversiones del Presupuesto de 2025, que se tendrá que aprobar para poder ejecutar la reforma del centro cívico para acoger el campus universitario. Un proyecto que comenzó a gestarse en el anterior mandato, con el PP liderando la petición de estos fondos europeos, pero que ahora podrán estar en cuestión.
Linaje critica que el edil popular que se encargó de este proyecto de sede para el campus arandino de la UBU, Alfonso Sanz, amenazó «con bloquear los presupuestos a menos que se descarte la nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) y se apruebe la propuesta del PP; es decir, condiciona la aprobación de los presupuestos a que se acepte la propuesta de RPT del PP, que en el mandato anterior no fueron capaces de sacar adelante».
Un desencuentro que se produjo en el transcurso de la comisión en la que se tenía que aprobar el proyecto de obra del campus, que contó con los votos a favor del equipo de gobierno, PSOE y el edil no adscrito, y las abstenciones de PP y Vox. Linaje apela en una nota de prensa «a la responsabilidad de todos los grupos políticos para impulsar aquellos proyectos que, gobierne quien gobierne, serán buenos para Aranda», añadiendo que la construcción de la nueva universidad no puede comprometerse por asuntos que nada tienen que ver. Si eso ocurre habremos perdido una oportunidad única que impulsará y transformará nuestra ciudad, abriendo nuevas oportunidades de formación para los arandinos y ribereños, especialmente aquellos jóvenes que se ven obligados a marcharse para continuar sus estudios de educación superior».
En un principio, se iban a habilitar sólo tres aulas para la UBU, pero las necesidades del futuro campus, ahora se va a destinar todo el edificio, que contará con un aula para 100 personas modulable, varias salas polivalentes, biblioteca, espacios de reuniones y aulas con las preinstalaciones de laboratorio para el futuro grado de Enfermería.