Después de tres años sin poder utilizar las piscinas cubiertas municipales, y más de año y medio de obras de remodelación de las instalaciones, el edificio volvía a acoger bañistas hace menos de dos semanas y, pese a los 3,6 millones de inversión, los usuarios han empezado a sufrir inconvenientes en diversos espacios. La lista es larga y los bañistas se quejan con ironía que, después de tanto tiempo y tanto gasto, la nueva piscina cubierta esté «mal hecha o a medio hacer».
Desde el Ayuntamiento arandino reconocen la existencia de esas deficiencias, y de las quejas recibidas por parte de los usuarios, pero les restan relevancia. «Todos estos problemas que se han ido detectando es lo que pasa en este tipo de instalaciones cuando se pasa de 0 a 100, es normal en un edificio de estas características porque, aunque se testan, hasta que no empiezan a recibir usuarios no se ven algunas cosas», apunta el alcalde, Antonio Linaje, según le trasladan desde el área de Deportes.
Entre las quejas de los bañistas destaca «algunas humedades en el suelo del gimnasio, puede que esto tenga que ver con las goteras, y se ha notificado a la constructora y se está trabajando para solucionarlo», explica Linaje. Aún está sin poner remedio definitivo a los problemas de encharcamiento de las duchas. «Hay desajuste en los sifones de ducha, que han provocado que no desagüen bien, se está analizando si el problema es que están mal instalados los sifones o es que no estaban en buenas condiciones, pero se ha solucionado temporalmente hasta que se repare», especifica el alcalde.
Tampoco se han podido usar los secadores de pared «por un problema eléctrico que ya está corregido», y hay deficiencias en los aparatos de la zona de gimnasio. «En una máquina no funcionaba una pantalla, es algo menor, pero tiene que funcionar porque son máquinas nuevas, y está bien que se quejen los usuarios y avisen. Ya se ha cambiado», puntualiza Linaje, con agradecimiento a la labor de control que hacen los propios usuarios de estas instalaciones renovadas.
Otro de los problemas, en este caso por falta de servicio, es la carencia de cafetería en las instalaciones porque la empresa que las gestiona renunció en el contrato a hacerse cargo de esta parte del edificio. Linaje avanza que, mientras no esté funcionando el servicio de cafetería, «se ha pedido a la empresa adjudicataria para que instale unas máquinas de vending para dar servicio a los usuarios», además de estar a la espera de que se dote al espacio que hay entre los tornos de entrada y los vestuarios de la planta principal de mobiliario con mesas y sillas para que haga las veces de cafetería mientras se completa esta zona.