'Sagnoli', el mesías de Georgia

Luis Miguel Pascual (EFE)
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El entrenador ha revolucionado a la selección que mañana se enfrenta a la Roja y la ha convertido en el orgullo nacional con su histórico pase a una fase final

El técnico francés es el héroe de la pequeña nación del Caúcaso. - Foto: GEORGI LICOVSKI (EFE)

Todo empezó contra España y el milagro obrado por el exinternacional francés Willy Sagnol al frente de la selección de Georgia vuelve a cruzarse en el camino de la Roja, esta vez en un partido histórico para su país, los octavos de final de su primera Eurocopa.

'Sagnoli', como le han bautizado en su país de adopción, ha conseguido que el combinado sea casi el único factor de unidad de un país de profundas raíces cristianas desgarrado entre los favorables a la influencia rusa y los que miran más hacia Europa.

El 28 de marzo de 2021, Sagnol se sentaba en Tiblisi por primera vez en el banquillo de la pequeña nación del Caúcaso para un duelo contra España de clasificación para el Mundial de Qatar. Un gol de Dani Olmo en el descuento dio la victoria a los de Luis Enrique (1-2).

Desde entonces, el hombre que en 58 ocasiones defendió el lateral derecho del cuadro francés y durante ocho temporadas, entre 2000 y 2008, el del Bayern de Múnich, ha revolucionado la selección para convertirla en el orgullo nacional.

Nada hacía presagiar el milagro, porque Sagnol llegó a Georgia tras cinco años fuera de los banquillos, en los que su trayectoria estuvo lejos de ser brillante.

Tras ocuparse de las categorías inferiores de la escuadra gala durante dos años, llegó al Girondins de Burdeos en 2014, pero su potencial se estrelló contra las estrecheces del club.

En 2017 regresó a Múnich, primero como adjunto del italiano Carlo Ancelotti, antes de hacerse con el puesto de primer entrenador interino tras la destitución del transalpino después de una derrota dura contra el Paris Saint-Germain en la Liga de Campeones. Solo dirigió el equipo un partido, antes de que nombraran a Jupp Heynckes en el puesto.

Desde entonces, su figura aparecía como comentarista de televisiones y medios de comunicación, pero seguía teniendo el gusanillo del banquillo hasta que recibió la llamada de Georgia.

Más que mérito

A diferencia de sus antecesores en el cargo, Sagnol se implicó de lleno en la tarea y quiso empaparse de un pequeño y discreto país, con un fuerte componente religioso, hasta el punto que se instaló en una casa de Tiblisi donde desde su nombramiento pasa siete meses al año.

Con el tiempo, fue constituyendo un colectivo rocoso, bien trabajado tácticamente y, sobre todo, coherente, en un contexto difícil, porque a Alemania se ha llevado a jugadores de 23 clubes diferentes y de 17 campeonatos, tan heterogéneos como Irán, Arabia Saudí, Estados Unidos o Azerbaiyán.

La fase de clasificación para la Eurocopa de 2024 marcó un punto de inflexión. Pese a las dos goleadas contra España (sobre todo el 1-7 en Tiblisi) el equipo llegó con opciones de clasificación a los dos últimos partidos, contra Luxemburgo, a la que derrotaron 2-0 en su casa y, sobre todo, contra Grecia, que vencieron en una dramática tanda de penaltis.

Por vez primera, Sagnol consiguió meter al pequeño país, nacido a principios de los 90 tras el hundimiento de la Unión Soviética, en una fase final.

«Para mí fue como mi primer título de entrenador (...) A nivel emocional, vale tanto como la Liga de Campeones que gané con el Bayern en 2001 (tras derrotar en los penaltis al Valencia en la final)», señaló el técnico galo.

Convertido en el hombre más popular del país, el francés tendrá pronto su estatua propia en la capital, ya ha recibido la nacionalidad y la Orden Nacional del Mérito. 

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