La incertidumbre y el hartazgo se han apoderado de los vecinos de Villatoro después de 15 años sin que se solucionen las grietas en sus casas como consecuencia de la acción de las corrientes de agua subterránea que se abren paso entre muros y cimentaciones. Lejos de frenarse, el problema sigue avanzando en las viejas edificaciones pero también han empezando a aparecer en las de más reciente construcción hasta el punto de que sus propietarios han tenido que mudarse al ir en aumento, tanto en número como en grosor.

Hay más de una treintena de inmuebles afectados, además de las cuatro casas que se tuvieron que derribar por estar en estado ruinoso. El problema también afecta a algunas calles en la que el hundimiento de las aceras es cada vez más patente. «Las grietas van a más. En las casas antiguas tanto en el exterior como en el exterior y en las más modernas en el interior. El problema sigue avanzando», indicó Sergio Simón Portillo, miembro de la Junta del Distrito Periférico.

La calle Mayor es una de las más afectadas y la casa situada en el número 5 presenta un aspecto fantasmal. La grietas han avanzando hasta tal punto que se ha caído la escayola del techo y se han desencajado los marcos de las puertas y ventanas. Los testigos que se pusieron en las paredes en agosto de 2013 para comprobar el avance de las grietas alertan de que han ido en aumento. En algunas zonas puede meterse un dedo y en otras se llega a ver el otro lado de la pared. Lo mismo sucede en otra edificación afectada de la misma vía y otra de la cercana calle Parral.

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