Un ucraniano residente en Burgos -cuyo nombre no se ha desvelado- ha sido el responsable de simbolizar el deseo de la cofradía de las Siete Palabras y del Santísimo Cristo de Burgos de que la primera 'levantada' del paso con la réplica de la venerada imagen de la Catedral, que llevaban en andas más de una treintena de cofrades, hiciera las veces de llamamiento por «la paz en el mundo».
Un deseo aplaudido por las 300 personas que, lejos de amedrentarse por el viento helador que atizaba a primera hora de la noche a la capital, se concentraran en la plaza de Santa María antes de tiempo para no perder detalle de la procesión en la que se rememoran las siete últimas frases que pronunció Jesucristo durante la crucifixión:«Padre, perdónalos, porque no saben lo que han hecho»; «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso»; «Mujer, ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre», «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?», «Tengo sed»;«Todo está cumplido»; y, por último, «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
La procesión sale, siempre, a puerta cerrada; es decir, uno de los cofrades golpea el portón de madera del templo al filo de las 22.15 horas para que se abra la doble hoja y los asistentes observen, en silencio, la salida del Cristo, precedida por las siete Cruces Faroles.
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